La crisis hace estragos incluso en la valoración del honor. El vicepresidente del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria, ha pasado de las cantidades astronómicas solicitadas hasta ahora por su honor, a un simbólico euro. Es la cantidad que ha pedido que le pague el ingeniero Francisco Benítez Cambreleng, el famoso denunciante de la trama de corrupción de Grupo Europa, al que ha interpuesto demanda civil de protección del derecho al honor por haber dicho que le ofrecieron 600.000 euros por su silencio y su complicidad tras aquellas vergonzosas grabaciones que dieron lugar al Soriagate. La demanda no tiene desperdicio porque sitúa al demandante en su calidad de vicepresidente del Gobierno y no como presidente del PP, lo que probablemente permitirá a Soria cargar sobre las arcas de la Comunidad Autónoma las saladas minutas de su abogado, Nicolás González-Cuéllar Serrano, y de su procuradora, María del Carmen Benítez López, que viene a ser su señora esposa de aquel. Lo que no sabemos si esta última profesional cobrará por transferencia o en metálico.