Estamos asistiendo en Telde, como les anunciábamos, a una patética estrategia de extensión de toda la basura para tratar de minimizar la propia de los que aplican la fórmula. Guillermo Reyes juega a la desesperada, hace de un dato cierto una tesis doctoral increíble, y reparte sambenitos a diestro y siniestro hasta asegurarse que él es el único que está libre de pecado. A Julián Gómez del Castillo, al que tiene denunciado junto a Ildefonso Jiménez, ex concejal de Urbanismo, por una presunta prevaricación con cohecho en La Mareta, le ha tocado la china. Porque además de colocarlo en el centro de la conspiración cristiana de base, lo acusa de antisocialista, cualidad ésta que incluso se atrevió Reyes a avalar con una cinta magnetofónica en la que se escucha al empresario poner bonito a Zapatero, y de paso, acusar a los sociatas de ser unos masones. ¡Cristianos de base y masones! Sólo falta que aparezca una señora espiritista de Telde y eche un rezado.