España, que ocupa el puesto 28 en el listado de Transparencia Internacional sobre Corrupción, está en mejor posición que Italia, Portugal o Israel, aunque peor que Barbados, Chile o Uruguay. Y sus normas son taxativas: “Se rechazará cualquier regalo, favor o servicio en condiciones ventajosas que vaya más allá de los usos habituales, sociales y de cortesía”, rezan el Código de Buen Gobierno de 2005, aplicable a cargos electos de la Administración central, y para funcionarios, y el Estatuto Básico de 2007.