Sólo o en compañía de otros, Guillermo Reyes dejó expedientes muy explosivos en el despacho del concejal de Urbanismo. Por ejemplo, el último día como responsable de ese departamento, Reyes firmó la orden de paralización de 900 viviendas en La Vega que Inmobiliaria Betancor había iniciado por indicación suya en lo que se tramitaba una licencia que jamás existió porque al concejal del ramo no le dio la gana de otorgar. Pero no paralizó de modo efectivo las obras y tuvo que ser Perera quien lo hiciera y quien, en un tiempo récord, legalizara el expediente para que Telde pudiera contar con esas viviendas, tan necesarias para la ciudad. Pero Reyes actuó de manera similar con las obras de la empresa Domingo Alonso en La Pardilla, donde se dio vía libre a una instalación industrial con una licencia de obra menor, posiblemente esperando a que a la firma automovilística se le ablandara el corazón y empujara un poquito para conseguir lo que Reyes, Mena y compañía se negaron a tramitar en tiempo y forma.