Es cierto lo que dice la campaña municipal acerca de la calidad de los servicios del Ayuntamiento de Soria (provincia de Las Palmas), especialmente cuando se trata de tener lista la iluminación navideña para el preciso instante en que conviene para mejor proveer la imagen armoniosa -a la par que elegante- de la ciudad. Un asunto, como se imaginarán, que tenía a la ciudadanía con el alma en vilo, de ahí que el consistorio habilitara todos sus esfuerzos por conseguir que no se notara el cero en la luminotecnia de zona tan emblemática. A ello debe responder, por ejemplo, que en esta ocasión no haya habido el más mínimo reparo para levantar por los aires los famosos bolardos que impiden el paso de vehículos por entre las ramblas; ni que los tales bolardos hayan tardado más de 24 horas en volver a su lugar de origen, cuando, como todo el mundo sabe y el concejal Naranjo se ha encargado de recordar en la Ser, “esos abolardos están ahí para que los coches no aparen derriba de la acera”. Llamativo también fue que la operación de colocación de tan importante elemento decorativo y de reclamo comercial convocara en las inmediaciones a dos furgones de la Policía Local con un total de doce efectivos, lo que encantó a los comerciantes, que aún recuerdan lo que tardó en acudir tanto agente junto la última vez que reclamaron sus servicios. Sabemos de los dos años que lleva la asociación de comerciantes esperando que le autoricen colocar en las ramblas una guagua de dos pisos para recoger juguetes dentro de la campaña de la Casa de Galicia. Cosas de la Q de calidad; ¿qué?, de calidad, gentes de poca fe.