Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Tú vuelve, yo me voy

El puro de Ángel Luis Tadeo llena de humo la sala y empieza a ser molesto para Gonzalo Angulo, que pide a Manolo Torres que abra la ventana y salga, no necesariamente por ella. La presencia del inspector es para pactar, no cabe otra opción, y para explicar una vez más el proyecto, su proyecto, pero el único que al fin y a la postre hay sobre el verde tapete. Tadeo escucha con atención, no sin antes recordar que su presencia allí sólo responde a la insistencia de Manuel Campos. “Debes unirte al proyecto”, le invita Angulo, no se sabe si como consejero o como presidente, sin mayores ruidos, sin García Navarro, sin el actual presidente, cuando todo el panorama esté despejado y las famosas campañas disueltas. “Pero, ¿y el Estadio Insular?”, inquiere Tadeo. “De eso ni hables por el momento; tú súmate que del Insular ya hablaremos cuando tú estés dentro y los demás en fuera de juego”. Tadeo apaga el puro y acerca una ficha de un millón de euros al centro de la mesa; Angulo da jaque. Ambos levantan su vista de la mesa simultáneamente y se miran fijamente sólo unas décimas de segundo. Angulo esboza su sonrisa especial para la ocasión, la de la media boca. Tadeo enseña todos sus dientes y tose. Están seguros de que han llegado a un buen acuerdo: incluye la satisfacción del adversario y la venganza en su momento. No hay prisa, llegará. Tadeo coge la ficha y se marcha. Angulo saca el pañuelo y se seca unas gotitas de sudor sobre la boca. “¿Ganamos, no jefe?”, pregunta Towers. “Calla Manolo, que no te enteras, y eso que eres detective”.

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