Las costas canarias se oscurecen con un residuo marino causado por los derrames de petróleo y plástico
Por un lado, los derrames de petróleo que ennegrecen el mar de las Islas cada cierto tiempo. Por otro, la generación de basura que termina en el océano y amenaza a la fauna marina. La conjunción de ambos residuos ha acabado en las rocas del litoral de Canarias y ha creado el plastitar, una especie de alfombra negra con trazas de plástico que oscurece las costas del Archipiélago.
Investigadores del grupo de Química Analítica Aplicada (AChem) de la Universidad de La Laguna (ULL) han identificado este nuevo tipo de contaminación costera compuesto principalmente por alquitrán (comúnmente conocido como piche) y materiales plásticos, al que han asignado el nombre de plastitar (tar es como se denomina al alquitrán en inglés). Los resultados del trabajo han sido recientemente publicados en la revista Science of the Total Environment.
“De manera histórica, en Canarias han llegado cantidades importantes de piche, de crudo. Antes los barcos petroleros limpiaban mucho sus tanques en alta mar y llegaba bastante crudo a las Islas”, explica Javier Hernández Borges, doctor en Química y uno de los autores del estudio. “El piche se pega a la roca y se va secando, de forma gradual, por la acción del sol. Y hemos visto que ahora ha incorporado, sobre todo, microplásticos”.
Canarias es una de las comunidades autónomas que más desperdicios genera (solo en 2019, el último año prepandemia, el Archipiélago produjo 3,8 millones de toneladas de residuos, según el Instituto Nacional de Estadística) y también un punto caliente de miles de plásticos que van a parar a sus costas. El piche, al ser una masa semisólida, bastante blanda, recoge todo tipo de basuras marinas que se adhieren a su estructura.
El plastitar podría hallarse en múltiples emplazamientos de las Islas. Pero la investigación se ha centrado en cuatro lugares muy concretos: el Malpaís de Güímar (Reserva Natural Especial en Tenerife), Arenas Blancas (Parque Rural en El Hierro), Famara (Parque Natural en Lanzarote) y Playa Grande (Tenerife). En este último, los investigadores han descubierto que el plastitar ocupa hasta el 56% de las rocas analizadas. En él puede haber no solo plásticos, sino también escombros de madera, vidrio y arena.
Este nuevo componente se une así a otros tipos de formaciones ligadas a la presencia de residuos plásticos en el mar, como los plastiglomerados, producto de la quema incompleta e incontrolada de residuos; los plasticrust, fragmentos plásticos incrustados en las rocas del litoral por la acción del oleaje; los piroplásticos, con forma y apariencia de piedra que se generan a partir de residuos fundidos, y las antropoquinas, rocas sedimentarias que contienen plásticos y que son conocidas como la herencia cultural del Antropoceno.
El estudio del grupo AChem está encuadrado en el proyecto IMPLAMAC, un programa de monitorización de microplásticos iniciado en 2019 que pretende generar datos cuantitativos y cualitativos del impacto que tienen estas pequeñas partículas en las playas de los archipiélagos de Canarias, Cabo Verde, Madeira y Azores.
Efectos negativos del plastitar
Como tal, los investigadores que han bautizado esta nueva formación plástica no han estudiado sus efectos en el medio marino. Pero es evidente que su presencia afecta a todas las especies que habitan el espacio intermareal de las costas canarias, la zona situada entre los niveles conocidos de las máximas y mínimas mareas.
Además, un aspecto relevante sobre la presencia de alquitrán en ambientes costeros es que contiene hidrocarburos, lo que puede impactar negativamente en el ecosistema alterando el equilibrio ecológico. El principal riesgo se debe a la liberación de sustancias tóxicas al medio ambiente, recuerda Hernández, como pueden ser los hidrocarburos aromáticos.
“Su combinación con materiales plásticos supone claramente una doble amenaza para el ecosistema marino con consecuencias ambientales desconocidas”, destaca el artículo, “ya que los plásticos pueden ser ingeridos por los organismos marinos causando lesiones internas, estrés oxidativo y respuestas inflamatorias, entre otras cuestiones”.
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