La Sociedad Española de Astronomía se reúne en Tenerife y analiza la “revolución” del telescopio James Webb

El telescopio James Webb ofrece imágenes del Universo con una calidad inédita

Efe

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El conocimiento del Universo está en una fase de revolución gracias a imágenes como las de agujeros negros supermasivos, que ponen a prueba la teoría de la relatividad general de Einstein, ha indicado este miércoles la Sociedad Española de Astronomía durante su XV reunión científica.

Una reunión que se celebra en La Laguna (Tenerife) y durante la cual se ha indicado que las recientes imágenes del James Webb Space Telescope son un claro ejemplo del salto de calidad en las observaciones astronómicas gracias al desarrollo tecnológico de los últimos años.

Pero, se añade en un comunicado, no son las únicas que están revolucionando el conocimiento del Universo y con las que se han obtenido datos que ofrecen nuevos caminos para la ciencia.

La Sociedad Española de Astronomía destaca que la obtención de las primeras imágenes de agujeros negros supermasivos, los últimos datos de la misión Gaia sobre la Vía Láctea y la nave Solar Orbiter han marcado un antes y un después en estos campos de investigación.

En cuanto a las primeras imágenes de agujeros negros supermasivos, ha señalado que la colaboración internacional del Telescopio de Horizonte de Sucesos (EHT) ha publicado recientemente la imagen del agujero negro que habita en el centro de la Vía Láctea.

Con estas imágenes del EHT se ha podido poner a prueba la teoría de la relatividad general de Einstein bajo condiciones de gravedad extrema (¡las inmediaciones de un horizonte de sucesos!), así como aprender de qué manera estos fascinantes objetos pueden convertirse en los astros más brillantes del Universo (los llamados “núcleos activos de galaxia”) cuando se encuentran rodeados de ingente material para engullir, se añade.

Dicen asimismo que, dentro de poco, el EHT podrá obtener imágenes de estos agujeros negros con mayor nitidez y sensibilidad, e incluso obtener “películas” de cómo varía la emisión en sus “esferas de fotones” y sus discos de acrecimiento.

“Se podrá estudiar con sumo detalle cómo se comporta la naturaleza en estas regiones tan extremas del Universo; justo al borde de la frontera del espacio y el tiempo, tal y como los conocemos”, explica Ivan Martí-Vidal, investigador de la Universitat de València y parte del equipo científico de obtención de imágenes de EHT.

También se refiere a la misión Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA) y en órbita desde 2013, que está diseñada para crear el mapa más preciso y completo de la Vía Láctea.

Este mapa incluye las posiciones, velocidades, luminosidades, temperaturas y composiciones químicas de casi 2.000 millones de objetos en la Vía Láctea y más allá, y con esa información se podrá reconstruir la evolución pasada y futura de la galaxia durante miles de millones de años.

Las mediciones de Gaia alcanzan una precisión nunca vista hasta ahora, del orden de centésimas de microsegundos de arco, y sus observaciones permiten calcular por triangulación las distancias a las estrellas y sus velocidades simultáneamente.

Gaia ha ido más allá y sus medidas incluyen también la descomposición de la luz de los objetos en sus colores, lo que permite deducir sus propiedades físicas, temperaturas, radios, composición química en el caso de las estrellas y corrimiento al rojo, por ejemplo, en el caso de otras galaxias lejanas.

El 13 de junio de 2022 Gaia publicó su tercer conjunto completo de datos, que contiene información más extensa y mejorada sobre casi 2.000 millones de fuentes, en su mayoría estrellas y un subconjunto de objetos del Sistema Solar y fuentes extragalácticas.

Estos datos se recopilaron entre el 25 de julio de 2014 y el 28 de mayo de 2017, y la novedad son los espectros de una cantidad significativa de objetos que se pueden utilizar para determinar luminosidades, temperaturas, masas y composiciones químicas con precisión.

La Sociedad Española de Astronomía alude asimismo a la nave Solar Orbiter, una misión de la ESA en colaboración con la NASA que permitirá estudiar el Sol como nunca se ha hecho hasta ahora.

Fue lanzada el 10 de febrero de 2020 desde Cabo Cañaveral, en Florida (EEUU), y se acercará al Sol tanto como el planeta Mercurio, y además se separará del plano de la eclíptica (en el que orbitan la Tierra y los otros planetas) a fin de observar los polos del Sol desde una perspectiva totalmente nueva.

La nave transporta diez instrumentos: seis de sondeo remoto del Sol y cuatro de medida local del medio interplanetario que atraviesa.

Por primera vez, a esa distancia tan escasa y fuera de nuestro plano orbital, se podrá estudiar lo que ocurre en el medio interplanetario a la vez que observar su origen solar.

En la XV Reunión Científica de la Sociedad Española de Astronomía, José Carlos del Toro, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha presentado los primeros resultados científicos obtenidos por Solar Orbiter, que indican el potencial de ciencia y descubrimiento que alberga la misión.

Por ejemplo, se explica en el comunicado, uno de los primeros resultados obtenidos por el instrumento EUI con sus imágenes en el ultravioleta es la presencia de pequeñas fulguraciones, familiarmente llamadas “fogatas” o “fuegos de campamento”, que constituyen liberaciones de energía a escala tan pequeña que nunca antes se habían observado. 

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