La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Arte al servicio de la revolución

MADRID, 24 (EUROPA PRESS)

CaixaForum acoge la muestra 'Construir la revolución', en la que se muestran las piezas más representativas de la arquitectura y el arte de vanguardia soviética de los años veinte y treinta del siglo XX, en un momento en el que la estética se pone al servicio de la producción. La muestra podrá visitarse hasta el 18 de septiembre.

Artistas como Alexandr Ródchenko, Vladímir Tatlin, El Lisitski, Gustav Klutsis y Kazimir Malévich o los arquitectos Konstantín Mélnikov, Moisei Guínzburg e Iliá Gólosov son algunos de los nombres en los que se centra esta exposición, para mostrar la síntesis que se alcanzó como consecuencia del diálogo establecido entre ambas disciplinas.

'Construir la Revolución. Arte y arquitectura en Rusia. 1915-1935' está formada por un total de 230 obras entre maquetas, pinturas, dibujos y fotografías, tanto de archivo como contemporáneas, a cargo del fotógrafo británico Richard Pare, quien realizó un trabajo exhaustivo de los edificios más significativos de este periodo revolucionario entre 1992 y 2010.

Según ha explicado este martes durante su presentación MaryAnne Stevens, directora de Asuntos Académicos de la Royal Academy of Arts de Londres y cocomisaria de la exposición, lo que estos artistas tienen en común es su rechazo a todo lo relacionado con lo natural. “Crean un arte que no se basa en objetos, es antinaturalista y descansa en formas geométricas puras, es decir, un arte radical con un mensaje experimental”, indica.

A su juicio, “lo importante de esta época fue el diálogo que se establece entre los artistas del momento y los arquitectos”. Esta “estrecha colaboración” permitió que los arquitectos pudieran encontrar un nuevo lenguaje, desarrollando un estilo basado en una “forma geométrica”. En definitiva, la arquitectura de la revolución soviética se basa en la idea de funcionalidad, ahorro y eficacia, que convive, asimismo, con la creatividad y el atrevimiento formal.

CONSTRUCTIVISMO: EL CAMBIO DE LA ESTÉTICA COTIDIANA

En la práctica, toda esta revolución conceptual influye en todos los elementos arquitectónicos y se observa en detalles como los pilares, los tejados planos y hasta los balcones, desprovistos de cualquier ornamentación. Por ello, Stevens destaca que esta nueva arquitectura no solo produce un nuevo estilo, sino también nuevas formas en los edificios.

El cilindro o el cubo son nuevos códigos para un idioma que se traduce a una dimensión tridimensional donde, además, la función principal de las construcciones se expresa no solo en el interior del edificio, sino también en el exterior. Además, este nuevo modo de vida, indiferente a todo lo anterior, refleja su espíritu también en las viviendas: son comunitarias y se comparten actividades como la lavandería, guarderías o cocina.

Una de las representaciones más importantes y famosas que se puede observar es la maqueta del Monumento a la Tercera Internacional, un proyecto arquitectónico ideado por el escultor ruso Vladímir Tatlin. Según indica Stevens, cada una de las partes posee una rotación diferente a una velocidad concreta, por lo que es muy difícil de reproducir, aunque afirma que existe un proyecto para llevarlo a cabo en Londres.

Por su parte, Maria Tsantsanaglou, directora del Museo Estatal de Arte Contemporáneo de Tesalónica y cocomisaria también de esta muestra, ha explicado que el término constructivista --cuya fuente de inspiración es el suprematismo-- hace alusión a la síntesis entre arquitectura y pintores para cambiar la estética cotidiana y someter el arte al servicio de la producción.

La radicalidad de estas propuestas está directamente influenciada por una mentalidad heredada del movimiento bolchevique, por lo que, explica Tsantsanaglou, se trata de un arte ideológico. Con la institucionalización de denominado realismo socialista como tendencia oficial del nuevo régimen estalinista, estos artistas fueron considerados “indeseables” y sus obras se alejaron de las capitales.

Etiquetas
stats