¿Invictus o En tierra hostil?
MADRID, 29 (EUROPA PRESS-Israel Arias)
Difícil elección la que este fin de semana tienen que afrontar los amantes del buen cine. Llegan a la cartelera española dos de las películas más aclamadas de los últimos meses: Invictus, el biopic sobre Mandela dirigido por Clint Eastwood, y En tierra hostil, la multipremiada cinta sobre la Guerra de Irak.
El deporte como arma para luchar contra la barrera del racismo es la gran premisa que emerge de Invictus, la cinta basada en el libro de John Carlin 'The Human Factor: Nelson Mandela and the Game That Changed the World' y que relata los esfuerzos del entonces presidente sudafricano por intentar usar el campeonato del mundo de rugby --que se celebró en Sudáfrica en 1995-- para derribar las barreras entre blancos y negros.
Morgan Freeman encarna a Mandela mientras que Matt Damon es Francois Pienaar, el capitan del equipo de rugby y un héroe nacional en la comunidad blanca de Sudafrica que se unirá a los esfuerzos del dirigente por acabar con el odio en el país africano. Rodada en Sudafica y con muchos actores nativos, Eastwood define Invictus como “una oportunidad perfecta para mostrar al mundo un ejemplo de cómo una persona carismática puede influir en un país entero usando su creatividad”.
Una historia de esperanza y de superación que deja al espectador con un buen sabor de boca. Sensación que contrasta con la crudeza de En tierra hostil, un drama bélico que nos empotra de lleno en un comando de artificieros del Ejercito de Estados Unidos en el Irak ocupado por las tropas estadounidenses.
LA CRUDA GUERRA
Protagonizada por Jeremy Renner, Anthony Mackie y Brian Geraghty, y con la aparición de rostros conocidos como Guy Pearce, Ralph Fiennes o Evangeline Lilly, En tierra hostil relata los duros avatares de este comando después de que su jefe, el sargento Thompson, caiga durante una misión. El grupo quedará entonces en manos del sargento James, un hombre temerario de comportamiento errático que hará vacilar a los hombres a su cargo.
Una historia rodada con mucha crudeza y apabullante realismo en la que la tensión y a adrenalina fluyen a borbotones y que además está escrita de primera mano por Mark Boal, guionista y periodista que convivió durante unas semanas con una unidad especializada en desactivar bombas en zonas de combate. Cine bélico del bueno donde la acción y el drama humano se entrelazan para alumbrar una de las cintas que parten como favoritas de cara a los Oscar.