La brecha salarial entre hombres y mujeres se rompe jugando
Los grandes cambios sociales no se impulsan a golpe de decreto, sino removiendo conciencias. La Unión Europea (UE) lo sabe y por eso, para romper la brecha salarial entre hombres y mujeres (que aún mantienen una diferencia del 18% en sus sueldos) ha impulsado el proyecto Equal Pay, en el que Canarias participa con el desarrollo de un juego electrónico que pretende concienciar a mujeres y hombres de la necesidad de que las primeras “sean más materialistas” y exijan mejores condiciones laborales, y los segundos pierdan su resistencia a ocupar roles familiares.
Ese binomio es la clave para una sociedad igualitaria, tal y como piensa la directora del Instituto Canario de la Igualdad, Isabel de Luis, secundada por la vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Ángeles Palmero cuya institución también colabora, junto a la Consejería de Educación, en este proyecto europeo.
Así, esta labor de concienciación se realizará a través de programas de formación de formadores en orientación laboral, el juego electrónico, folletos informativos y tarjetas cuestionario que se repartirán por escuelas y todo tipo de instituciones en las que exista algún formador en materia laboral.
Una de las herramientas para esta labor de concienciación es el citado juego electrónico, que a través de sencillas preguntas y sorprendentes respuestas, hacen ver a mujeres y hombres la sinrazón de las situaciones de desigualdad que aún imperan en el ámbito laboral. Por ejemplo, a la pregunta de “¿Si en una empresa hay 100 directos, cuántas mujeres ocupan lugares de dirección?”, el juego permite tres respuestas: 50, 11 o 23. Y la respuesta correcta es, sorprendentemente, 11. Con la respuesta, el juego despliega un panel informativo del por qué de esta situación para que los usuarios tomen conciencia.
Este proyecto surge, además del análisis de la realidad, de estudios que confirman que el machismo no es sólo la única causa para esta situación, sino que las mujeres aún no demuestran haber adquirido conciencia de la necesidad de superar los anticuados roles sociales.
Así, y a pesar de que las encuestas afirman que en la sociedad ya se tiene conciencia de esta realidad (el 76,6% de la población cree que cobran menos que los hombres y más de la mitad cree que tienen peores condiciones laborales), las mujeres siguen considerándose “poco capacitadas” para ocupar puestos de dirección o demuestran pocas perspectivas de conseguir trabajos en igualdad de condiciones. Asimismo, están mucho más encorsetadas aún que los hombres en la conciliación de la vida familiar y laboral, lo que les hace mantener estas bajas expectativas.
Trabajo de concienciación
De Luis considera que la causa de todo esto está en determinados estereotipos que aún se mantienen y que relegan a la mujer a un papel más secundario en la sociedad, por lo que el trabajo de concienciación es doble: convencer a las mujeres de que deben ser “un poco más materialistas” y luchar por mejores opciones laborales, y a los hombres que empiecen a perder miedo a ocupar roles familiares.
También se podría decir que es triple, en el sentido de que una pieza fundamental de este objetivo de igualdad laboral es, sin duda, el empresario. “A los empresarios no se les convence hablándoles de igualdad y feminismo, porque se mueven en términos de rentabilidad”, reconoce De Luis. Es por ello que la labor pedagógica con los empresarios debe ir encaminada a demostrarles que, como atestiguan diversos estudios, las empresas con mayor presencia de mujeres tanto en puestos de trabajo como en puesto de dirección, cuentan con mejores resultados. “Hay que demostrarles que somos más eficientes”, apostilla.
Medidas gubernamentales
Pero toda labor de concienciación cae en saco roto si no viene acompañada de medidas gubernamentales que apoyen los objetivos a alcanzar. Canarias tiene la suerte de estar por debajo de la media estatal en la brecha salarial entre hombres y mujeres, y que De Luis achaca a las labores de inspección y denuncia. “Hoy en día es difícil que se produzcan situaciones de desigualdad salarial” por estos motivos, asegura.
Pero además de la labor de inspección, De Luis considera que otra clave está en que las acciones de gobierno deben tener una perspectiva de género global, es decir, que en todas las medidas que se tomen desde la Administración se debe pensar siempre las afecciones o dificultades que sufren las mujeres, y proponer soluciones o alternativas.
En cuanto a las medidas de conciliación de la vida familiar y laboral, De Luis explica que lo que se pretende es cambiar la concepción actual de este objetivo, ya que admite que se dirige casi exclusivamente a la mujer. “Hay que implicar también a los hombres”, insiste, apostando por que los permisos de paternidad se igualen a los de la mujer, por ejemplo. Sin embargo, hay que recordar que la implicación de los hombres no puede darse en las familias monoparentales en las que mujeres afrontan solas el cuidado de sus hijos, y sobre las cuales deberían recaer la mayoría de medidas de conciliación de la vida laboral y familiar, como dotar de mejores y más guarderías públicas, entre otras.
Sin embargo, reconoce que por mucho que se pongan medidas desde la Administración, la conciencia machista sigue imperando en casos como los de profesiones iguales ejercidas por hombres y mujeres, en las que los propios clientes siguen prefiriendo la atención masculina.