Montoro pide ajustar los salarios a la realidad empresarial
GIJÓN/OVIEDO, 6 (EUROPA PRESS)
El ex ministro y actual coordinador del área de Economía del PP, Cristóbal Montoro, ha defendido en Gijón “que la fijación de los salarios se acerque a la realidad de las empresas” y ha rechazado, contra el criterio del ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, que el país está abocado a una contención salarial “durante lustros. Así lo ha hecho durante su participación en el Foro 'El Comercio' en un hotel de la ciudad.
Respecto a las propuestas del PP sobre la negociación colectiva, ha recalcado que están presentadas por escrito en forma de enmiendas a la reforma laboral. El PP apuesta en este caso por un ámbito nacional y otro de referencia a empresas. Montoro ha abogado por propiciar el descuelgue del convenio nacional, ya que se aplican a empresas en diferente posición.
Unido a ello, ha defendido la Formación Profesional como un derecho individual y no como mecanismo para financiar organizaciones, además de apostar por la lucha contra el absentismo laboral y mejorar la movilidad funcional dentro de las empresas. En cuanto a la contratación, ha apostado por que sea indefinida para evitar inseguridad jurídica.
Respecto al copago sanitario, ha negado que el presidente de Murcia lo defendiera, pero sí que los usuarios estén más comprometidos con el gasto del servicio. En su opinión, el PP lo descarta porque dudan de su operabilidad. Rechaza, además, que se resuelva el problema de financiación con que cada paciente que vaya al médico pague uno o medio euro.
Es más importante, a su juicio, entrar en la naturaleza de esos servicios públicos, ya que si no, puede llevar a la frustración social. Montoro ha recalcado que el servicio ya lo pagan los ciudadanos con los impuestos. “Aquí no hay nada gratis”, ha apostillado.
En su opinión, la salida a la crisis depende de la capacidad del país para devolver el crédito y, por lo tanto, de hacer crecer la economía de cara a generar empleo. “Y aunque ha dicho que ”nuestra posición económica es débil y preocupante, ha animado a que “no olvidemos que somos un gran país”.
Montoro ha incidido en que en 1996, antes de entrar en el euro, había 12,5 millones de trabajadores, la misma cifra que al final del Franquismo. Esto supone que en 20 años no se crearon trabajadores a pesar de que había dos millones de funcionarios más.
Sin embargo, hay 20,5 millones de ocupados hoy día, lo que quiere decir que en once años es capaz de crear ocho millones de puesto de trabajo. “No hay país del mundo que haya sido capaz de eso”. Eso es lo que ocurre en Asturias, según él, donde de 1975 a 1995, baja la ocupación casi 100.000 trabajadores, para luego subir a cotas en 2007 “prácticamente desconocidas”. Por este motivo, ha animado a “aferrarse” a la España emprendedora.
Para él, es necesario hacer reformas “lo más rápido que permita el calendario”. En primer lugar, ha indicado que debe llevarse a cabo la Reforma del Estado, para reorganizar las competencias de este. Según él, hay que evitar la superposición de competencias para evitar despilfarro del gasto público.
Como ejemplo, ha dicho que la política social debe estar residenciada en los ayuntamientos. En su opinión, sería “absurdo” no reconocerlo. En este sentido, ha aludido a las políticas de igualdad de oportunidades, seguridad ciudadana o cooperación internacional. Sobre esta última, ha indicado que no es que haya solo derroche, sino que hay “abuso” en algunos proyectos.
En segundo lugar, ha abogado por volver a la política del déficit '0' que él llevó adelante como ministro de Hacienda en 2002. A este respecto, ha apuntado que se deben establecer techos de gasto para Administraciones Públicas. También hay que prohibir, en su opinión, que el gestor público genere cargas a proveedores sin partida presupuestaria, ya que afecta sobre todo a autónomos y emprendedores, que son los que nos tienen que sacar de la crisis. Montoro ha reiterado la necesidad de imponer un techo de gasto y de déficit.
También ha apostado por bajar los impuestos, como acaba de hacer el Gobierno inglés, en concreto a autónomos y emprendedores, igual que hizo el PP en 1996. Entre otras cosas, ha apuntado a que no se cobre el IVA hasta que se haya cobrado la factura emitida. Además, ha visto necesario una reforma del sector bancario, a la que llegamos “tarde y mal”.
Otra de las reformas que ha visto necesarias es la energética, al margen de ideologías, pero también la creación de una Ley de mercado interior en España, para evitar “ir a absurdos” con diferencias entre comunidades autónomas. A esto ha unido la importancia de la innovación empresarial y la internacionalización de las empresas, que es fundamental según él, vista no solo para exportar sino como la capacidad de estar en otros mercados.
Sobre la Ley de emprendedores propuesta por el PP, ha explicado que se hace una revisión de las formulas políticas que dan lugar al nacimiento de empresas en España y a las propuestas fiscales que se quieren llevar a las Cortes “muy pronto” a través de proposición de Ley, además de apostar por revisar también las sociedades laborales. Si no prospera en las Cortes, ha adelantado que se llevará en el programa electoral del PP.
También ha asegurado que los altos niveles de renta, ocupación e internacionalización no son consecuencia de la Construcción, aunque ha reconocido que esta ha contribuido. “Al ladrillo no le pasa nada”, ha bromeado respecto a las empresas dedicadas a este material de construcción.
Además, ha apostado por seguir con la obra civil con fórmulas público-privadas y ha incidido en que es obligado sanear los balances bancarios, ya que, pese a no haber problemas de 'hipotecas basura', sí de deuda externa. Partidarios de la desgravación fiscal a la adquisición de la vivienda, creemos en los estímulos fiscales favoreciendo el ahorro también.
Sobre el papel de las Cámaras de Comercio tras el decreto que anula las cuotas obligatorias, ha indicado que no está de acuerdo con que se acabara con este sistema, ya que el asociacionismo es importante y prestan un buen servicio. El PP apuesta aquí por dar un plazo suficiente para que se adapte el sistema cameral español. Creo que es un error prescindir con instituciones con tanta solera y que no compiten con otras organizaciones empresariales. España necesita sociedad civil, porque no es bueno que todo acabe en manos de la política.