'Queen Victoria', elegancia y confort en el mar

Este domingo permaneció atracado en el Puerto de la Luz y de Las Palmas el majestuoso trasatlántico Queen Victoria. Centenares de ciudadanos y numerosas autoridades de la ciudad le dieron una bienvenida con todos los honores en el que es su primer paso por Gran Canaria.

A primera hora de la mañana, el imponente barco de cruceros de la compañía Cunard entró en el muelle de Santa Catalina acompañado de los remolcadores del Puerto que realizaron una exhibición de grandes chorros de agua.

Un sol radiante iluminaba la ciudad y muchos de los pasajeros del Queen Victoria aprovecharon para ir a visitarla. A pie de rampa, personal del Patronato de Turismo, vestido con trajes típicos canarios, les recibía. Mientras, las autoridades de la ciudad iban llegando al muelle para visitar el flamante navío de corte victoriano.

El capitán, Paul Wright, dio la bienvenida a los visitantes en una ceremonia que concluyo con el tradicional intercambio de metopas y recuerdos. La alcaldesa en funciones de las Palmas de Gran Canaria, Teresa Morales; Roberto Moreno, consejero de Turismo del Cabildo de Gran Canaria; el presidente de la Cámara de Comercio, Ángel Luis Tadeo; el director de la Autoridad Portuaria, José Daniel López; el senador del PP José Macías y varios miembros de la Sociedad Canaria de Amigos del País, entregaron al capitán Wright una placa y varios libros de edición limitada sobre Gran Canaria.

Dentro del Queen Victoria llama la atención el cuidado en la selección de los materiales con los que está construida esta mansión flotante: detalles de corte muy clásico a lo largo de sus 294 metros de eslora, dispuestos para hacer las delicias de los 2.000 pasajeros que se alojan.

Este trasatlántico es exclusivo dentro de lo que se oferta en el turismo de cruceros. Incluso sus hermanos, Queen Mary y Queen Mary II, no tienen parangón: este barco está especialmente indicado para los amantes de las tradiciones y de la tranquilidad y sosiego ingleses. Cuenta con un impresionante salón de baile en el que una orquesta ameniza con valses las cenas nocturnas, en las que es obligado vestir de etiqueta.

Entre sus servicios, cuenta con un impresionante teatro con capacidad para 830 personas. En los pasillos de estas estancias se ubica un museo con objetos de Cunard, una fantástica biblioteca de dos pisos con más de 6.000 ejemplares en varios idiomas, una joyería y una tienda de arte.

Sin embargo, lo más espectacular del crucero, y que es capaz de trasladar al pasajero al siglo pasado, es el Gran Lobby de tres alturas: escaleras de madera y mármol y en lo más alto un reloj (construido por el mismo relojero del Big Ben), al más puro estilo romántico del Titanic.

A la hora de comer, los cruceristas acuden al restaurante de dos pisos Britannia, decorado con columnas, arcos decorativos y una pieza central en bronce y cristal. Aunque para quien quiera alejarse por un rato de tanta compostura, en el barco hay anclado un típico pub inglés en el que poder encontrar pintas de cerveza y el típico fish and chips (papas y pescado frito). Y justo enfrente, un salón de apuestas en el que probar fortuna.

Por una cantidad comprendida entre 2.000 y 10.000 euros (todo incluido), puede realizarse un viaje en este flamante buque disfrutando de todo tipo de comodidades. Las instalaciones del barco se completan con dos piscinas, con zonas protegidas y al aire libre para tomar el sol en cubierta; y casi 1.000 camarotes.

Este lunes, el Queen Victoria arribará a Tenerife para despedir el año. Luego, partirá hasta Southampton para iniciar su primer crucero alrededor del mundo durante 107 días. Hará escala en 37 ciudades y 23 países. Pero sin duda, la cita más esperada, según adelantó el capitán Paul Wright, será el 13 de enero en Nueva York: “los tres barcos de cruceros, Queen Mery, Queen Mary II y Queen Victoria, se reunirán frente a la Estatua de la Libertad y habrá un espectáculo de pirotecnia.

Con la majestuosidad y elegancia que le da su pintura exterior en negro y blanco, el Queen Victoria llenó de vida este domingo la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Con el sol ya oculto, como la ocasión y el anfitrión lo merecían, la capital grancanaria le deseó buen viaje con una batucada y un pasacalles que quedarán anotados en su cuaderno de bitácora.

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