“De España duele la inactividad o el alineamiento con la posición francesa”

Bachir Mustafá Sayed es ministro de Emigración y de las zonas ocupadas de la República Árabe Saharaui Democrática. Recientemente, ha visitado Lanzarote por el 45 aniversario de la creación del Frente Polisario. Se mantiene optimista de cara a la futura celebración de un referéndum de autodeterminación por la visita del nuevo enviado especial de la ONU. No obstante, recuerda que “la gente también está harta de esperar resultados, del fruto de toda esta confianza en Naciones Unidas y la Minurso”.

Subraya que “de España duele la inactividad o el alineamiento con la posición francesa”. Además, insiste en que los saharauis no quieren privar a Canarias de tener una cooperación estrecha con toda la región, pero eso “deben hacerlo a través del dueño de la tierra y los recursos. El interlocutor debería ser el Frente Polisario”.

¿Hay algún elemento nuevo que permita ser optimista para que se celebre el referéndum o al menos haya un avance en el conflicto con Marruecos?

El nuevo enviado especial (Horst Kohler, representante de la ONU en el Sáhara desde agosto). Con el estilo, la categoría y con la seriedad con que actúe... seguramente va a sacar provecho de toda posibilidad y de todo factor que pueda contribuir. Está siguiendo el camino que puede arrojar resultados seguros.

¿Ha tomado alguna iniciativa ya con Francia o con España?

Con Francia, con España, con la Unión Africana, con la Unión Europea... Está intentando implicar a aquellas partes indicadas para contribuir a acelerar la búsqueda de un arreglo. Otro factor es la administración norteamericana, aunque esa tensión internacional no favorece, pero seguro que en ella hay personas de importante peso en su política que conocen muy bien el asunto del Sáhara occidental y que en su momento han manifestado receptividad marcada en cuanto a los derechos y la autodeterminación del pueblo saharaui.

¿Y cómo puede influir la situación de la política interna de Marruecos?

Puede influir también negativamente, puede incitar al Rey a dar un salto a lo desconocido, a la oscuridad. Sintiendo que la tierra tiembla bajo sus pies puede ir a una aventura con su carácter guiado por los nervios y la ira y la falta de cálculo maduro y lógico. Eso puede motivarlo a flexibilizar su posición, pero más incitarle a un error.

Parece que hay una escalada bélica en la zona de Guerguerat. Marruecos, al menos, ha subido el tono hacia el Sáhara

Hay una galvanización nacionalista contra los saharauis y el Polisario y Argelia, hay cierta agitación belicista...

¿Hay un peligro real de guerra? La gente joven en el Sáhara es proclive a la lucha armada...

No solo la gente joven sino casi la opinión generalizada es que basta ya de esta expectativa de esperar nada. La gente también está harta de esperar resultados, del fruto de toda esta confianza en Naciones Unidas y la Minurso. El pueblo saharaui está listo para aquello, pero el Gobierno saharaui y el liderazgo prefieren agotar la suerte del arreglo pacífico mediante negociación y dar respuesta a la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

¿Es posible que Marruecos y el Polisario negocien de forma directa?

Es la misión de este enviado especial, es su principal misión y está concentrado en ello...

¿Cree que es posible?

Nosotros estamos listos para negociar, sentarnos con calma y esperanza y disponibilidad de hacer lo necesario para la prosperidad de estas negociaciones. Si Marruecos va por el otro camino...

Está abierta la polémica de los vuelos de Binter a El Aaiún. ¿Se deben suspender esos vuelos?

Para nosotros, Canarias tiene unos lazos excepcionalmente privilegiados, no solo en el pasado sino ahora, para ser un puente de fraternidad, amistad y de fructífera y generosa cooperación. Canarias es para nosotros la parte más tierna de España y en perspectiva, ni la vemos ni la concebimos sin esas relaciones excepcionales geográficas, culturales, históricas, etc. Ahora bien, la postura negativa o inactiva del Gobierno español y de sus representantes en foros europeos nos pone en una situación de necesidad de defendernos y acatar el Derecho europeo. Creo que el Gobierno español debía ser el primero en defender y sacar y el mayor provecho para reequilibrar su posición.

Y hacer cumplir las sentencias del Tribunal Europeo...

Exactamente. Marruecos implica a intereses españoles y empresas e implica a Binter.

Pero ¿qué piensa de los vuelos?

No queremos privar a Canarias de tener una cooperación estrecha pero amplia y fructífera con toda la región, pero eso deben hacerlo a través del dueño de la tierra y los recursos. El interlocutor debería ser el Frente Polisario. Lo que nos duele son las incidencias políticas y jurídicas de estos acuerdos, de esta cooperación con Marruecos en nuestro detrimento. No es la ganancia en sí, el dividendo comercial o mercantil, son las incidencias políticas y jurídicas sobre nuestro territorio y sobre los esfuerzos de arreglo. En lugar de desanimar a Marruecos a seguir con su intransigencia, le animan, respaldan y reconfortan.

En cuanto a las licencias de pesca, ustedes reclaman que los barcos negocien con ustedes, pero ¿es una posibilidad real?

Absolutamente, pero todavía no se han atrevido por miedo a Marruecos y por desdén, ignorancia o mala comprensión del impacto, del peso de estas resoluciones del Tribunal europeo.

¿Considera que la arena que se extrae del Sáhara para las playas de Canarias es un expolio?

Sí, pero hay que confesar que a nosotros no nos duele que los canarios embellezcan sus playas con arena del Sáhara occidental... pero que lo hagan con su dueño o que no lo hagan de esta manera que está atentando contra los intereses del auténtico dueño, que es el pueblo saharaui. De España duele la inactividad o el alineamiento con la posición francesa, que no ha habido ningún cambio a pesar de los cambios políticos y de que hay nuevas fuerzas políticas muy receptivas a la lucha del pueblo saharaui y de que España se está recuperando de su crisis económica y volviendo a la escena internacional. Este gobierno no se ha desmarcado de la posición francesa.