Denuncian a Ben Alí y a su esposa por corrupción
Tres organizaciones no gubernamentales han presentado una denuncia ante la Fiscalía de París contra el derrocado presidente de Túnez, Zine al Abidine Ben Ali, y contra la familia de su esposa, Leila Trabelsi, por posesión de bienes 'mal adquiridos' en territorio francés y por desvío de fondos públicos a cuentas bancarias galas.
La Comisión Árabe para los Derechos Humanos, SHERPA y Transparencia Internacional de Francia (TI-France) presentaron la denuncia esta semana ante el Fiscal de la República con el objetivo de que se abra “una investigación judicial sobre los bienes que poseen en Francia, que podrían proceder del desvío de fondos”, según informaron las ONG en un comunicado conjunto.
A juicio de las organizaciones, las medidas adoptadas hasta la fecha por la oficina anticorrupción del Gobierno francés para impedir la transferencia de estos bienes son “insuficientes” y “sólo una orden legal de congelamiento de estos bienes puede garantizar su pronta devolución al pueblo tunecino”.
“Más que nunca, el pueblo tunecino necesita una política real de desarrollo sostenible”, declaró el portavoz de la Comisión Árabe para los Derechos Humanos, Haytham Manna. “Para que eso sea posible, cualquier dinero que haya sido robado por Ben Alí y por la familia Trabelsi debe volver al pueblo a fin de que pueda construir un futuro con derechos civiles y económicos”, añadió.
Diversas fuentes, según las ONG denunciantes, han informado de que Ben Alí podría poseer un edificio en París estimado en 37 millones de euros, así como diversos fondos en algunos bancos franceses. Aparte, la familia Trabelsi podría disponer de millones de euros en cuentas bancarias galas, propiedades en París y Ile-de-France (región que rodea a la capital), un chalet en Courchevel (Alpes) y propiedades en la Costa Azul.
No es la primera vez que SHERPA Y TI-France se implican en este tipo de procesos. Ambas organizaciones también han presentado denuncias ante la Justicia francesa por 'bienes mal adquiridos' contra los presidentes de Congo, Denis Sassou Nguesso, y Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, y contra el fallecido presidente gabonés Omar Bongo Ondimba.