Enfrentamientos entre manifestantes y policías dejan más de 20 heridos
NUWEIDRAT (BAHRÉIN), 14 (Reuters/EP)
Los enfrentamientos entre manifestantes y la Policía bahreiní durante las manifestaciones celebradas este lunes en el marco del denominado 'Día de la Ira' han dejado a más de 20 personas heridas en varias aldeas chiíes, según han informado testigos presenciales.
La Policía bahreiní ha empleado gases lacrimógenos y pelotas de goma para disolver las movilizaciones en las aldeas chiíes próximas a Manama. Varios helicópteros han sobrevolado en círculo la capital del país, en la que los manifestantes deberían haberse congregado pero que ha permanecido tranquila durante todo el día, por lo que las fuerzas de seguridad han concentrado su acción en las zonas chiíes.
En la aldea de Diraz, las autoridades han empleado gases lacrimógenos para dispersar a unos cien manifestantes que habían sido cercados por la Policía y que gritaban eslóganes para reclamar más derechos políticos.
En Nuweidrat, la Policía ha utilizado gas lacrimógeno y pelotas de goma para dispersar a una multitud que exigía la liberación de los detenidos chiíes y ha dejado a diez manifestantes heridos. “Había unas 2.000 personas sentadas en la calle proclamando sus demandas cuando la Policía empezó a disparar”, ha relatado a Reuters el joven de 24 años Kamel, que no ha querido concretar su apellido.
En Manama, los partidarios del Gobierno han tocado las bocinas de sus vehículos y han ondeado banderas bahreiníes para conmemorar el décimo aniversario de los estatutos nacionales aprobados tras los disturbios de los años noventa.
En Karzakan, donde las fuerzas de seguridad suelen tener choques frecuentemente con los jóvenes chiíes, la Policía se enfrentó en la noche del domingo con varios residentes y dejó a una persona herida, según testigos. La Policía ha asegurado que tres de sus agentes resultaron heridos en esos choques.
Los diplomáticos estiman que las manifestaciones en Bahréin, organizadas vía Facebook y Twitter, permitirán calcular el nivel de movilización de los chiíes en las calles, especialmente en Manama, en la que, por ahora, no se han registrado enfrentamientos.
Los organizadores de las manifestaciones han solicitado a todos los bahreiníes que se sumen a las protestas contra el Gobierno. “Pedimos a todos los bahreiníes, hombres, mujeres, chicos y chicas que se sumen a nuestras concentraciones de forma pacífica y civilizada para garantizar estabilidad y un futuro prometedor para nosotros mismo y nuestros niños”, han indicado de declaraciones difundidas vía Twitter.
Los promotores de las movilizaciones han advertido de que las manifestaciones de este lunes son “sólo el inicio”. “El camino puede ser largo y las concentraciones pueden continuar durante días y semanas pero si el pueblo elige un día su vida, el destino responderá entonces”, han subrayado.
Los analistas consideran que una ola de descontento social a gran escala en Bahréin podría envalentonar a los chiíes marginados en Arabia Saudí, el mayor productor petrolero del mundo. Las autoridades bahreiníes no han querido hacer comentarios sobre las manifestaciones de este lunes.
Los organizadores de las protestas en el país africano reclaman la derogación de la Constitución y que un comité formado por chiíes y suníes elabore una nueva Carta Magna y que el primer ministro sea elegido por sufragio directo, además de la liberación de “todos los prisioneros políticos” y una investigación sobre las acusaciones de torturas.
El coste de asegurar la deuda bahreiní durante cinco años ha aumentado este lunes en diez puntos básicos, según Markit, un dato que refleja la inestabilidad que está preocupando a los inversores en este país.
La semana pasada, el Rey Hamad bin Isa al Jalifa hizo un intento por detener el auge de las manifestaciones y anunció que dará 1.000 dinares, unos 1.960 euros, a cada familia bahreiní, mientras que el Gobierno aseguró que podría liberar a varios menores arrestados durante una campaña policial el año pasado.
Además, el Ejecutivo también ha avanzado que invertirá unos 417 millones de dólares en proyectos sociales, incluyendo subvenciones a los alimentos, y dará marcha atrás en su intento de hacer recortes de gasto.