Los feminicidios en Centroamérica “están alcanzando categoría de epidemia”, según organismo regional
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
Los feminicidios en los países de Centroamérica “se están disparando” hasta el punto de que, en algunos países de la zona, superan los 100 homicidios por 100.000 habitantes y pone de relieve que “los niveles de homicidios de mujeres en la región están alcanzando categoría de epidemia”.
Así lo afirmó la directora ejecutiva del Centro Feminista de Información y Acción, Ana Carcedo, durante la presentación esta mañana de un estudio regional sobre feminicidios, elaborado por el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y el Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (COMMCA) con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID).
Aunque Guatemala presenta el nivel “más alto” de homicidios de mujeres de toda la región, con 5.027 feminicidios identificados entre 2000 y 2009, se trata de un problema que se está agudizando en toda la región centroamericana como muestra el hecho de que entre 2003 y 2009 se ha duplicado el número de homicidios de mujeres en la región, según el informe.
Apenas en tres países de la región se superaron casi los 2.000 asesinatos de mujeres, frente a los 1.006 identificados en la región en 2003, explicó Carcedo que precisó que “todos” los países de la región tenían “tasas similares” de feminicidios en el año 2000. “A partir del inicio de este siglo se están disparando tanto las muertes de mujeres en general como aquellas muertes que son feminicidios”, precisó.
El problema de los feminicidios está afectando “particularmente” a Guatemala, Honduras, El Salvador y, en menor medida, a Costa Rica, mientras que, por su parte, Nicaragua, Costa Rica y Panamá presentan tasas “oscilantes” que se sitúan entre el 2 y el 4 por ciento de los asesinatos.
El Consejo de Ministras de la Mujer Centroamericana considera “urgente” reaccionar ante un problema que está evidenciando que los asesinatos de mujeres “crecen más rápidamente” que el de hombres en la región. Si entre 2003 y 2007, el número de asesinatos de hombres aumentó un 50 por ciento en la región, el de mujeres, precisó Carcedo, aumentó un 160 por ciento. En Guatemala, la tasa de homicidios de hombres se duplicó prácticamente entre 1990 y 2004, mientras que, la de mujeres, casi se triplicó.
Carcedo advirtió de que uno de los mayores problemas para hacer frente a los feminicidios en la región es la falta de investigación de estos crímenes. En Guatemala el 70 por ciento de los feminicidios no se investigan, mientras que, por ejemplo, de los 1.026 homicidios de mujeres identificados en 2003, el 37 por ciento de ellos “no se conoce nada sobre ellos”. Del resto, el 71 por ciento de los casos corresponden a feminicidios, aunque la cifra podría aumentar, ya que otro 9 por ciento de los casos “son sospechosos de ser feminicidios”.
TRATA DE MUJERES
México, Guatemala y Costa Rica conforman “el mercado regional” de la explotación y trata de mujeres en la zona, según pone de relieve el segundo informe presentado esta mañana sobre la Trata de Personas y Tráfico de Personas en Centroamérica a cargo de Ana Hidalgo, coordinadora de la unidad de la Organización Internacional para las Migraciones, también financiado con fondos de la AECID y uno de los más completos presentados hasta la fecha en la materia.
El estudio, que analiza la normativa contra la trata de mujeres y explotación sexual y su aplicación en los países de la zona y, asimismo, recoge el testimonio de 46 mujeres víctimas de este fenómeno, pone de relieve que las mujeres no sólo se enfrentan al problema de la explotación sexual sino que, en ocasiones, también son explotadas laboralmente y quienes sufren “exclusivamente explotación laboral” y constituyen auténticas “esclavas domésticas”, precisó Hidalgo.
La mayor parte de las mujeres víctimas de redes de tratas han reconocido haber sido explotadas dentro de las fronteras de la región y de sus países, aunque hay alguna que fue llevada a Estados Unidos y “alguna que otra que vino a España”, según dejan constancia los testimonios recabados en el informe.
Hidalgo precisó que en algunos de estos 46 casos se trata de la primera vez que estas mujeres contaron su historia y puso de relieve no sólo “la victimización” a la que se enfrentan sino también a “situaciones de corrupción de algunas instituciones” a la hora de denunciar su caso.
Igualmente, puso de relieve el problema de “las disparidades muy grandes” entre legislaciones contra la trata y la explotación de las mujeres en los países centroamericanos. En algunos países “la trata interna no está tipificada” como delito, mientras que no todas las legislaciones recogen “sanciones penales” para todas las formas de explotación.
Algún país como Costa Rica ha emprendido “una reforma normativa” con el objetivo de adoptar “una legislación específica contra la trata de mujeres”, mientras que otros países como El Salvador ya han manifestado su interés también en este sentido.
TRABAJO DOMÉSTICO REMUNERADO
El sector del trabajo doméstico remunerado constituye “uno de los sectores de mayor precariedad” laboral para las mujeres en la región, según pone de manifiesto el tercer estudio presentado esta mañana por la directora regional María Rosa Renzi, del programa Agenda Económica de las Mujeres del Fondo de la ONU para las Mujeres (UNIFEM), igualmente financiado con fondos de la cooperación española.
Más de un millón de mujeres están empleadas en el sector doméstico en la región, lo que representa aproximadamente entre el 14 y el 15 por ciento de la fuerza laboral femenina que, en algunos países, llega a alcanzar el 20 por ciento, explicó Renzi. La mayor parte de ellas trabaja sin contrato y sin acceso a las prestaciones sociolaborales.
El 11 por ciento de las mujeres entrevistadas para elaborar el informe admitió ser víctima de acoso laboral, mientras que el 6 por ciento reconoció haber sido violada sexualmente en el trabajo, precisó Renzi.
Igualmente, puso de relieve el acoso sexual y la situación de violación a la que se enfrentan muchas de estas mujeres por ejercer su trabajo en el sector doméstico en algunos países de la región.
Renzi admitió que en Centroamérica la legislación contra la explotación laboral y sobre protección de derechos de los trabajadores “es casi nula”, incluido en asuntos como las horas extraordinarias, el derecho a vacaciones o la retribución en caso de despido, aspectos de toda relación laboral que “quedan muy al criterio” del empleador porque “normalmente no hay un contrato escrito” en el sector, precisó.
Costa Rica por su parte se comprometió en julio de 2009 a reformar su Código Laboral con el objetivo de “regularizar las condiciones” laborales en el sector doméstico y, a nivel centroamericano, las ministras de Mujer estudian cómo impulsar un “código laboral centroamericano” tomando como “modelo” el costarricense.
Resulta llamativo además que la división de género se acentúa en el sector doméstico como pone de relieve el informe por el hecho de que aunque la proporción de hombres que trabaja en este sector en la región es “muy inferior” frente al de mujeres disfrutan de una tasa “más alta” de contrato al trabajar más “de cara a lo público” frente al “ámbito privado” en el que desempeñan más las mujeres.
Visibilizar y lograr el reconocimiento público de estos problemas, así como concienciar sobre la necesidad de hacer de la promoción de la igualdad de género en los países de la región algo transversal en las políticas públicas constituyen algunas de las recomendaciones a los Gobiernos de la región contenidos en los informes, asuntos que serán abordados en la cumbre del Consejo de Ministras de Mujeres de Centroamérica el próximo mes de junio, bajo presidencia panameña del organismo centroamericano.