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Los helicópteros pakistaníes abandonan la lucha anti talibán por ayudar a los afectados

ISLAMABAD, 24 (Reuters/EP)

Pakistán ha desviado algunos de sus helicópteros destinados a luchar contra la insurgencia talibán a las labores de rescate y operaciones de ayuda en las regiones afectadas por las inundaciones, lo que posiblemente debilite el avance militar contra los milicianos y les permita reagruparse.

“La primera prioridad de estos helicópteros es el trabajo de ayuda”, aseguró un responsable de seguridad que prefirió permanecer en el anonimato.

Al ser preguntado sobre qué impacto podría tener en las operaciones contra los talibán en el noroeste del país, aseguró que, aunque ahora estos aparatos no están disponibles, se pueden “traer de vuelta en cualquier momento si los necesitamos, no hemos bajado la guardia”.

Además, el Ejército paquistaní ha desplegado en otras zonas a unos 60.000 soldados para que contribuyan en las operaciones de ayuda para responder a unas inundaciones que afectan ya a un tercio del país y que ha dejado a cuatro millones de personas sin casa.

“Preveo una implicación a largo plazo del Ejército en las actividades de ayuda”, señaló un antiguo jefe de seguridad para las tierras pashtunes, Mehmud Shah. “Si se da este caso, entonces daremos una buena oportunidad a los talibán para que se reagrupen, se puedan abastecer y aumenten sus ataques. Es preocupante”, añadió.

El Ejército paquistaní está liderando las operaciones de ayuda y ha conseguido cierta ventaja en la opinión social mientras el Gobierno, liderado por el presidente, Asif Ali Zardari, es criticado por su respuesta al desastre.

Washington está especialmente preocupado de que los milicianos puedan explotar la frustración de la sociedad hacia el Gobierno, mientras se prevén enfrentamientos para conseguir alimentos así como disturbios sociales.

Las organizaciones islamistas, algunas de ellas con posibles vínculos con grupos milicianos, fueron las más rápidas para ayudar a las víctimas de las inundaciones. Pero según los analistas, a pesar del descontento creciente contra el Gobierno, la gente no quiere ver a los talibán de regreso en las zonas en las que prevalecían anteriormente.

“Nadie quiere que reimpongan su terror en Swat. Nadie les quiere para que vuelvan a cortar cuellos”, afirmó Usman Ghani, un residente del valle del Swat, bastión de los milicianos hasta el año pasado. “Todo el mundo los odia”, añadió.

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