Italia sabía que la CIA iba a secuestrar a un imán en su territorio
ROMA, 1 (EUROPA PRESS/ Gloria Moreno)
Los servicios secretos italianos, el Sismi, tenían conocimiento y quizá incluso estaban de acuerdo con el plan que tramó Estados Unidos para secuestrar al ex imán de Milán (norte) Abu Omar, según detalló el juez Oscar Magi en las motivaciones de la sentencia que el pasado 4 de noviembre llevó a la condena de 25 agentes secretos, dos italianos y 23 estadounidenses.
En las motivaciones, que fueron publicadas este lunes, el juez Magi señala que los datos recabados “hacen presumir” que los servicios secretos italianos “tenían conocimiento (e incluso estaban de acuerdo)” con los planes de secuestro. Sin embargo, “no ha sido posible profundizar sobre tal circunstancia” a causa del secreto de Estado, agrega.
De hecho, esta circunstancia fue la que hizo posible que los máximos responsables del Sismi se libraran del juicio. Se trata del ex director Niccolò Pollari y el ex funcionario de este mismo servicio Marco Mancini, para los que la Fiscalía pedía 13 y diez años de prisión, respectivamente.
Por su parte, el ex jefe de los servicios secretos de Estados Unidos (CIA) en Italia, Jeff Castelli, fue absuelto gracias a la aplicación de la inmunidad diplomática. Los otros dos agentes del Sismi y 23 de la CIA, en cambio, fueron condenados a entre ocho y tres años de prisión.
El proceso italiano sobre el caso de Abu Omar se ha convertido en el primer juicio que se lleva a cabo en Europa contra las prácticas antiterroristas ilegales ordenadas por Estados Unidos tras los atentados del 11-S.
Los hechos se remontan a febrero de 2003, cuando un equipo dirigido por los servicios secretos norteamericanos capturó al presunto terrorista Abu Omar en Milán, desde donde fue trasladado a varias bases aéreas en Italia y Alemania y finalmente a Egipto, donde fue torturado, según sostiene su defensa.
Tiempo después, la Fiscalía de Milán se encargó de investigar el caso e impulsó el proceso, por lo que reclamó la extradición de los agentes norteamericanos implicados en el caso.
En estos últimos años, los fiscales se han topado con las dificultades interpuestas por los Gobiernos, tanto estadounidensem como italiano, principalmente ligadas al secreto de Estado declarado en su momento sobre estos hechos.