Miles de jordanos salen de nuevo a las calles para pedir reformas al Gobierno
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Miles de personas han secundado las manifestaciones que se habían convocado este viernes en la zona sur de Jordania para protestar contra el Gobierno, al que acusan de corrupto y de no emprender las reformas necesarias.
Varios movimientos partidarios de las reformas llamaron el pasado miércoles a los habitantes de las regiones meridionales de Jordania a tomar las calles este viernes por lo que consideran una “corrupción endémica” y en protesta por la “debilidad” gubernamental en la toma de decisiones.
Los llamamientos de la oposición se han extendido especialmente, y durante las últimas tres semanas, en la región de Tafileh y en otras gobernaciones de gran concentración tribal de la mitad sur de Jordania. En estas zonas se han sucedido las concentraciones todos los viernes.
En Tabileh, este viernes miles de personas han salido por cuarta vez a las calles para expresar su “furia”, como han coreado algunos de los manifestantes, según informa el portal 'Ammon News'. Las personas congregadas han gritado también consignas contra las comisiones nombradas por el Gobierno para coordinar el diálogo: “No queremos comités, no queremos diálogo, las reformas necesitan que se tomen decisiones”.
Los manifestantes han dirigido parte de sus críticas contra diputados y senadores, a los que acusan de “vender” a la población al rey Abdalá II, y contra el Gobierno del primer ministro, Maruf Bajit, tachado de “incompetente” por no aprobar reformas democráticas y no combatir la corrupción.
Durante la marcha también se han escuchado consignas contrarias a la relación que mantienen las autoridades de Jordania e Israel, e incluso los manifestantes han pedido el cierre de la Embajada israelí en Amán y la derogación del tratado de paz del año 1994.
CRÍTICAS A INSTITUCIONES
Los movimientos opositores tildaron en su convocatoria de “ilegítima” la Comisión Anticorrupción por estar controlada por el primer ministro, Maruf Bajit. La institución carece de jurisdicción para investigar a altos cargos sospechosos de corrupción, lo que ha llevado a los movimientos pro democracia a preguntarse si sólo pretende “encubrir” delitos cometidos por las autoridades, donde se han asentado personas que incluso han “heredado” puestos ocupados previamente por sus padres.
Otra de las instituciones que figura en el punto de mira es el Tribunal de Seguridad del Estado, una corte de índole militar. Cientos de personas han marchado este viernes por las calles de Amán hacia este tribunal para pedir su cierre en el marco de un proceso mayor de reformas.
Esta manifestación, vigilada en todo momento por una fuerte presencia policial, ha unido a políticos islamistas, partidos opositores, movimientos populares y asociaciones profesionales. Todas estas partes consideran “inconstitucional” e “ilegítima” esta corte, vista como un instrumento del régimen para restringir las libertades públicas.
El máximo responsable del Frente de Acción Islámica --rama política de los Hermanos Musulmanes en Jordania-- en el Consejo de la Shura, Ali Abu Sukkar, ha leído un comunicado durante la marcha en el que ha denunciado que el Tribunal de Seguridad del Estado representa “opresión y violación de libertades y medidas para silenciar voces”.
Abu Sukkar ha subrayado que gran parte de los países no reconoce la legitimidad de la corte porque dicta sus resoluciones conforme a las directivas que recibe desde el poder ejecutivo. “El Gobierno tiene soberanía sobre todas las instituciones del Estado, incluido el Tribunal de Seguridad del Estado”, ha advertido.
AMNISTÍA
El rey Abdalá II firmó el pasado miércoles una amnistía coincidiendo con el aniversario de su ascenso al trono y de la que, según datos del Gobierno, se beneficiarán unos 3.500 presos, algunos de ellos condenadas por el Tribunal de Seguridad del Estado.
La medida, que excluye a personas condenadas por determinados delitos, no contenta a parte de la oposición, y Abu Sukkar ha recordado este viernes el caso del ex soldado Ahmad Dagamseh, condenado en 1997 por matar a siete escolares israelíes en la frontera entre los dos países. Los manifestantes de Amán han gritado consignas calificando de “injusta” su condena, y han puesto su caso como ejemplo de la situación del país.