La ONU reconoce la dificultad de repartir ayuda en Perú

La ONU admitió este viernes problemas en la distribución de ayuda a los damnificados por el terremoto que sacudió Perú el pasado 18 de agosto, pero agregó que las autoridades locales los están solventando.

La subsecretaria adjunta para Asuntos Humanitarios de la ONU, Margareta Wahlstrom, atribuyó esas deficiencias a la multitud de organizaciones y entidades internacionales que han acudido en ayuda de la población afectada.

“Hay suficientes víveres, agua, alimentos, lonas de plástico, mantas y otras cosas, pero ha habido muchos activistas en el lugar y no se ha coordinado de forma suficiente para que se siguieran las indicaciones del Gobierno” peruano, agregó Wahlstrom.

Explicó que ahora la tarea se centra en orientar a las autoridades del país andino sobre las labores de asistencia e identificar dónde se encuentran las poblaciones necesitadas, especialmente en las zonas rurales.

“Nos vamos a asegurar de que así se haga. El Gobierno de Perú, al darse cuenta de la situación, inició un censo local para determinar exactamente la población que hay (en la zona afectada) y cuán grande es la necesidad”, agregó.

Las denuncias por los problemas de distribución de ayuda se han multiplicado los últimos días en la prensa peruana y entre las organizaciones no gubernamentales, hasta el punto de que algunos aluden a una situación de caos.

Sin embargo, el presidente de Perú, Alan García, dijo el pasado miércoles que la ayuda había llegado al 95% de los afectados, y restó importancia a las quejas aparecidas en los medios.

Wahlstrom recordó que la ONU hará un llamamiento a la comunidad internacional para recaudar fondos por valor de 38 millones de dólares (28 millones de euros), que se sumarían a los 10 millones de dólares (7,3 millones de euros) que por el momento las diferentes agencias de la organización han destinado ya al desastre.

Gran parte de esos fondos serán para la nueva fase de reconstrucción de las poblaciones afectadas, como Pisco e Ica, donde se deben retirar escombros, iniciar obras de restauración y establecer sistemas para dar trabajo en esas labores a los residentes que se han quedado sin empleo, agregó.

El seísmo de 8 grados en la escala de Richter que sacudió Perú el pasado 15 de agosto ha causado hasta ahora 514 muertos, 1.090 heridos y numerosos daños materiales en la costa sur del país, según cifras oficiales.

Además, más de 39.741 casas y 52 hospitales quedaron destruidos, y 6.300 viviendas y 43 hospitales resultaron dañados.

Este terremoto se sumó a un año extremadamente activo en cuanto a desastres naturales, dijo Wahlstrom, al recordar que la ONU en estos momentos también ayuda a las víctimas del huracán Dean en el Caribe y a las de las graves inundaciones que afectan a Corea del Norte.

Señaló que la veintena de muertos que causó el huracán es una cifra relativamente baja con respecto a otros años, un hecho que atribuyó a los nuevos sistemas de alerta introducidos por los gobiernos de la región y a la voluntad de las poblaciones de aceptar su evacuación de las zonas peligrosas.

Sobre las inundaciones en Corea del Norte, que han causado 221 muertos, Wahlstrom afirmó que la ONU prepara una petición de ayuda internacional por valor de 6 millones de dólares (4,4 millones de euros).

“Muchos países donantes han mostrado interés, pero están a la espera de que precisemos cuáles son las prioridades”, manifestó.

Agregó que el Gobierno comunista del país ha permitido el acceso de los equipos internacionales de evaluación de daños a las zonas afectadas, donde el nivel del agua está retrocediendo y miles de refugiados esperan volver a sus hogares para cuantificar sus pérdidas.