Raúl Castro reconoce la necesidad de ajustes ''estructurales'' en Cuba
Raúl Castro, presidente provisional de Cuba, reconoció este miércoles que la isla no ha superado aún el “periodo especial”, admitió la necesidad de ajustes “estructurales” para impulsar la productividad y el desarrollo económico, y adelantó que se estudia incrementar la inversión extranjera en el país.
En un discurso autocrítico en el que se refirió a las deficiencias económicas del sistema, Castro advirtió que “no habrá soluciones espectaculares. Se necesita tiempo y sobretodo, trabajar con seriedad y sistematicidad”.
Durante un acto organizado en Camagüey (centro de la isla) en conmemoración del Día de la Rebeldía Nacional, al que no asistió el convaleciente Fidel Castro, el ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias llamó a los cubanos a trabajar con sentido “crítico” y superar viejas concepciones que ya no sirven para resolver los problemas del país.
“Se requiere trabajar en sentido crítico y creador, sin anquilosamiento ni esquematismos, nunca creernos que lo que hacemos es perfecto y no volverlo a revisar”, afirmó el general Castro, presidente provisional desde que su hermano enfermase hace un año.
“Estamos en el deber de cuestionarnos cuanta cosa hacemos, en busca de transformar concepciones y métodos que fueron los apropiados en su momento pero han sido ya superados por la propia vida”, insistió.
Ante más de 100.000 personas, según los organizadores, advirtió a los cubanos que tendrán que mantener el esfuerzo y sacrificio que marcó el periodo especial, en el que se sumió la isla tras la caída del bloque soviético, porque “no hemos salido todavía del periodo especial”.
En el último año, desde la delegación de poderes de Fidel Castro, “han sido necesarios ajustes y prórrogas y no descartamos que haya que hacer otros en el futuro”, apuntó.
Raúl Castro se refirió a uno de los principales problemas de la población: los bajos salarios, que no superan los 20 dólares de media mensual.
“Sabemos la tensión a la que están sometidos los cubanos, especialmente en la base, donde casi nunca da la cuenta entre necesidades acumuladas y recursos disponibles”, admitió.
El salario, dijo, “es claramente insuficiente para satisfacer todas las necesidades, por lo que prácticamente dejó de cumplir su papel de asegurar el principio socialista de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según su trabajo”.
Una situación que “favoreció manifestaciones de indisciplina social y tolerancia que resulta difícil erradicar”, reconoció.
La solución pasa por un incremento de la productividad para aumentar los ingresos, afirmó el presidente, que hizo especial hincapié en la urgencia de impulsar el desarrollo agrícola y la producción industrial.
“Para tener más, hay que partir de producir más y con sentido de racionalidad y eficiencia, de forma que podamos reducir importaciones, en primer lugar de alimentos que se dan aquí cuya producción nacional está aún muy lejos de satisfacer las necesidades”, lamentó.
“Estamos ante el imperativo de hacer producir mas la tierra (..) con tractores, o con bueyes”, afirmó con rotundidad, y para lograrlo, “habrá que introducir los cambios estructurales y de conceptos que resulten necesarios. Ya se trabaja en esa dirección y comienzan a apreciarse modestos resultados”.
No obstante, puntualizó, se trabaja “con premura pero sin desespero, ni muchas declaraciones publicas para no crear falsas expectativas”.
En el capítulo industrial, señaló, es necesario recuperar la producción nacional e incorporar nuevos renglones para reducir las importaciones e incrementar las exportaciones.
En este contexto, explicó que se estudian las posibilidades de incrementar la inversión extranjera, con matices.
“Siempre que aporte capital, tecnología o mercado” y “sin repetir los errores del pasado por ingenuidades o ignorancia”, con “empresarios serios y sobre bases jurídicas bien definidas, que preserven el papel del Estado y el predominio de la propiedad socialista”, subrayó.
Cuba se abrió a la inversión extranjera a principios de la década de los 90, tras la caída del bloque soviético, para salvar la economía del colapso.