Rusia fuerza a las tropas georgianas a abandonar la capital de Osetia del Sur
Las tropas georgianas han abandonado este domingo la capital suroseta de Tskhinvali, que la aviación rusa acabó de destruir durante la noche de este sábado, presionadas por la escalada de la invasión militar rusa.
“Nos hemos reagrupado y ocupado posiciones en los accesos de Tskhinvali, dado el incremento de la agresión por parte de Rusia”, declaró Alexandr Lomaya, secretario del Consejo Nacional de Seguridad, en una alocución por la radio y televisión nacionales.
Durante la noche, explicó, “Rusia trasladó (a Osetia del Sur) decenas de carros de combate, artillería y hasta cohetes tácticos, gran cantidad de infantería”.
Mientras, la aviación rusa bombardeaba las posiciones georgianas, “para allanar Tskhinvali a ras de tierra”.
Vajó, un teniente georgiano herido esta noche en Tskhinvali, explicó que en la ciudad “no queda a qué engancharse” para hacer frente a los tanques rusos.
Según afirma el mando de las fuerzas separatistas surosetas, que hasta la retirada georgiana insistió en que controlaba “plenamente” su capital y la defendía de los asaltos enemigos, durante el combate nocturno que duró casi cinco horas fueron destruidos 12 caros de combate georgianos y abatido uno de sus aviones.
También reconoció la “destrucción casi total de Tskhinvali”, aunque culpa de ello a la artillería georgiana.
En los combates en Osetia del Sur participan fuerzas del 58 Ejército ruso, destacado en el Cáucaso Norte y entrenado para combatir en zonas montañosas, así como de la flor de los paracaidistas rusos: la División 76, los regimientos de Pskov, Ivánovo y de la región de Moscú, reforzados con blindados y artillería.
Durante la noche de este sábado resultó herido el jefe del 58 Ejército ruso, el general Anatoli Jruliov, quien tuvo que ser evacuado en helicóptero, durante un bombardeo georgiano de la columna motorizada rusa en la que viajaba.
La misma táctica que en Chechenia
“Han repetido su táctica de Grozni (la capital de Chechenia): si no pueden tomar la ciudad, la destruyen”, dijo Vajó.
Desde las nuevas posiciones, fuertemente fortificadas, y especialmente desde las alturas que dominan la ciudad, las tropas georgianas, según el mando ruso, machacan con todas sus armas cualquier movimiento entre los escombros, que se convierten en una auténtica ratonera para sus defensores.
En estas condiciones, las partes parecen dispuestas a preocuparse al fin por la población civil que sobrevive en los sótanos y cada una se atribuye el mérito de los contactos, infructuosos por el momento, para abrir pasillos por los que puedan ser evacuados tanto osetas como georgianos.
A lo largo de la jornada y pese a las presiones internacionales continuaron los bombardeos rusos de objetivos en todo el territorio de Georgia, esta vez sin excluir la capital, Tiflis, donde fue atacada la pista de despegue de la fábrica de aviones.
Según el mando ruso, su aviación sólo ataca objetivos militares, entre los que figuran también los “lugares de concentración de reservistas”, habitualmente ubicadas en el centro de los poblados.
Las bombas también cayeron sobre el puerto de Poti y localidades del distrito de Zugdidi, fronterizo con la también separatista Abjasia.
Para aprovechar la situación, las tropas abjasas, apoyadas por tierra, aire y mar por fuerzas rusas, intentan conquistar el desfiladero de Kodori, una zona habitada por georgianos que ocupa el 15 por ciento del territorio abjaso.
En la otra frontera común, a lo largo del río Inguri, las unidades abjasas entraron en la zona de seguridad, controlada por los “cascos azules” rusos y amenazan con cruzar la frontera e “imponer orden” en el distrito georgiano de Zugdidi.
La flota rusa se incorpora a las operaciones
Este domingo también se incorporó a las operaciones contra Georgia la Flota rusa del Mar Negro, que cerró el paso hacia la costa abjasa a varios buques georgianos y amenaza con imponer el bloqueo naval.
Ucrania, sin embargo, en cuyo puerto de Sebastópol tiene su base esa flota rusa, le deparó una desagradable sorpresa al advertir de que todo buque que participe en el conflicto tendrá prohibido el regreso.