Turquía intensifica la diplomacia y prepara una intervención en Irak
Turquía aceleró este martes sus esfuerzos diplomáticos para que las autoridades iraquíes actúen contra la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán al tiempo que siguió acumulando tropas en la frontera para una posible operación contra la bases del PKK en el país vecino. Precisamente, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, calificó al PKK de grupo terrorista y ordenó el cierre de sus oficinas en Irak.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y el ministro de Asuntos Exteriores, Ali Babacan, trasladaron a sus homólogos en Londres y en Bagdad, respectivamente, que Turquía ha explorado todas las posibilidades contra los separatistas kurdos durante los últimos años y que la opción militar es la última alternativa. El jefe de la diplomacia turca rechazó categóricamente el supuesto alto el fuego decretado el lunes por el PKK tras reunirse con su colega iraquí, Hoshyar Zebari, en Bagdad.
“Un alto el fuego puede decretarse entre dos estados o ejércitos. Nosotros nos estamos enfrentando a una organización terrorista. El PKK no puede decretar un alto el fuego”, afirmó Babacan.
En cambio, aceptó “considerar” la oferta iraquí de enviar una delegación de alto nivel a Ankara para analizar la situación, aunque subrayó que Turquía sólo aceptará tratos con la administración central de Irak y no con el Gobierno Regional Kurdo del norte.
Unos 100.000 soldados en la frontera
Por su parte, Erdogan recalcó en Londres que Turquía ha intentado por todos los medios políticos, diplomáticos y económicos acabar con el problema del PKK y que “la autorización al Gobierno (dada por el Parlamento para intervenir en Irak) será usada cuando llegue su momento”.
El diario Sabah informó este martes de que unos 100.000 soldados turcos están desplegados en la región fronteriza con Irak y que se concentran en el área de las provincias de Sirnak y Hakkari. El rotativo turco añadió que aviones de combate han sido transportados a las bases aéreas de la zona.
Otro periódico turco, Hürriyet, publicó una noticia que aseguraba que unidades de las provincias de Kayseri, Bolu y Egirdir (en el centro y oeste de Turquía) fueron desplazados el lunes a la zona fronteriza junto a un convoy de 39 vehículos cargados con artillería pesada. Durante una sesión extraordinaria en el Parlamento turco, el portavoz gubernamental, Cemil Çiçek, dijo que “la decisión del Gobierno para hacer todo lo que sea necesario (contra el PKK) es total” y que no dudará en ordenar una operación militar cuando sus fuerzas estén listas.
Ertugrul Özkök, editor jefe de Hürriyet, aseguró que recibió las felicitaciones del jefe del Estado Mayor, Yasar Büyükanit, por una columna en la que aseguraba que las Fuerzas Aéreas turcas podrían “devolver a Irak 20 años atrás” y apuntaba como objetivo al presidente del kurdistán iraquí, Masud Barzani. “Ha llegado el momento de que hablen los F-16, nuestros amigos y nuestros enemigos deben darse cuenta”, proclamó Özkök en Hürriyet, uno de los diarios más vendidos e influyentes de Turquía.
Según diversos analistas turcos, Erdogan esperará hasta su encuentro con el presidente George Bush el 5 de noviembre en Washington antes de ordenar una acción militar.
Entierro de doce soldados
Los mensajes diplomáticos entregados este martes por los políticos turcos en Londres y Bagdad dan a entender que Turquía está tratando de convencer a sus aliados de que no queda otra vía para derrotar al PKK que la militar.
La opinión pública en Turquía se encuentra con los ánimos encrespados por el entierro de los últimos 12 soldados muertos en una emboscada del PKK. Los funerales de los “mártires de Daglica”, los doce soldados muertos el domingo en un ataque del PKK, se convirtieron en inmensas manifestaciones de rabia contra esa organización kurda.
Unas 100.000 personas participaron en el funeral del soldado Samet Saraç, en Bursa, y corearon eslóganes como “No queremos al PKK en el Parlamento”, en referencia al pro kurdo Partido de la Sociedad Democrática (DTP), con 20 diputados. Desde alumnos de instituto a militantes de organizaciones feministas o profesores universitarios, participaron en las manifestaciones contra el terrorismo y, en algunos casos, se atacaron sedes del DTP y de partidos izquierdistas.
Ufuk Uras, líder del Partido de la Libertad y la Solidaridad (ÖDP) y diputado turco, afirmó que comunicó al presidente, Abdullah Gül, su preocupación de que se extienda un conflicto entre turcos y kurdos (unos 15 millones de kurdos viven en Turquía), a la vez que pidió al PKK que deponga las armas. Mientras, el Gobierno turco prohibió que se sigan emitiendo imágenes sobre los ataques del PKK que causaron la bajas militares porque “desmoralizan a las Fuerzas Armadas de Turquía” e “influyen negativamente en la psique de la sociedad”.
La tensión en las calles de Turquía crece día a día, mientras la oposición incrementa su presión al gobierno para que lance una operación militar.
“Hemos tomado la decisión de cerrar sus oficinas”
Por otro lado, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, calificó este martes al PKK de grupo terrorista y ordenó el cierre de sus oficinas en Irak.
“El PKK es una organización terrorista nociva y hemos tomado la decisión de cerrar sus oficinas y de no permitirle trabajar en Irak”, aseguró al Maliki durante una reunión con el ministro de Exteriores turco Ali Babacan en Bagdad, según un comunicado de la oficina del jefe del Gobierno. Según la nota, el primer ministro iraquí subrayó: “Trabajaremos con todos los medios posibles para limitar sus actividades terroristas que amenazan tanto a Irak, como a Turquía”.
Asimismo el responsable iraquí mostró la determinación del gobierno iraquí de mantener las mejores relaciones posibles con su vecino turco de acuerdo con la “visión nacional y constitucional”, que se apoya en el principio de no intervención en los asuntos internos de otros países. Según la nota, Maliki hizo también hincapié en que Irak no permitirá que “organizaciones terroristas utilicen el territorio iraquí como base para dañar nuestras relaciones con un país vecino y los intereses comunes que nos unen”.
Asimismo, subrayó la importancia del rol que pueden jugar en la crisis la comisión iraquí-turca y el comité integrado por Irak, Turquía y EEUU, por lo que se mostró contrario barajar la opción militar (turca) como la única alternativa para terminar con el contencioso. La critica posición mostrada por Maliki contra el PKK contrasta con la del presidente iraquí Yalal Talabani, de etnia kurda, que el lunes sólo se limitó a pedirle al grupo separatista que renuncie a la violencia y opte por la vía pacífica.
La decisión del primer ministro de cerrar las oficinas de PKK puede que no tenga efecto práctico, ya que la región del Kurdistán iraquí cuenta con un gobierno autónomo y con sus propias fuerzas de seguridad, por lo que esta fuera del control del Gobierno central de Bagdad. Además, el ministro de Defensa iraquí Abdel Qader el Obeidi anunció el lunes que no podía enviar tropas al Kurdistán sin la autorización de las fuerzas de la coalición, encabezadas por EEUU.