Zapatero: ''Todo aquello que cambia con este Tratado es para mejor''
Zapatero mostró esa satisfacción en rueda de prensa en Bruselas horas después de que los líderes de los Veintisiete superaran los obstáculos planteados por varios países, especialmente Polonia, para consensuar las bases de ese futuro Tratado.
“Todo aquello que cambia con este Tratado es para mejor”, señaló Zapatero, quien reconoció que se podían haber introducido más cambios en el texto, pero todos los países han tenido que ceder porque esa es la forma en la que avanza la construcción europea en beneficio común y de todos y cada uno de los socios comunitarios.
España fue el primer país que aprobó en referéndum la malograda Constitución, paso que no deberá superar el futuro Tratado debido a que Zapatero aseguró que sólo tendrá que ser ratificado por el Parlamento.
El jefe del Ejecutivo consideró que, lo acordado, hace más democrática a la Unión Europea, y destacó la importancia del consenso después de las dificultades que han ido surgiendo desde que Francia y Holanda rechazaron en referéndum el texto constitucional.
Tras reiterar la satisfacción por ello de “un país europeísta” como España, repasó las principales cuestiones incluidas en el acuerdo, como las relativas a la toma de decisiones, la Carta de Derechos Fundamentales o la figura del Alto Representante de la UE, cargo que estará al frente de la política exterior comunitaria y que será ocupado, en principio, por Javier Solana.
A su juicio, el logro más eficaz es que pasen de 36 a 87 las materias que se adoptarán por mayoría cualificada, se reduce “al máximo la unanimidad” y se facilita que se eviten vetos en áreas “tan importantes para España” como inmigración, energía o justicia e interior.
Ante el hecho de que se hayan modificado las previsiones del Tratado constitucional sobre el sistema de votación, ampliado hasta 2017 el recogido en el Tratado de Niza frente al sistema de doble mayoría (de Estados y de miembros), Zapatero reconoció que eso puede beneficiar a España.
Pero explicó que su decisión de haber asumido en su día que el Tratado constitucional incluyera el sistema de doble mayoría, responde a un “posicionamiento político”.
“España, en cualquiera de los dos sistemas tiene una representatividad conforme a lo que es un país de 45 millones de habitantes, y no podemos venir a Europa a decir que no haya demasiados temas que se aprueben por unanimidad y, a la vez, decir que queremos los máximos instrumentos para bloquear, porque eso es una contradicción absoluta”, subrayó.
Además, expresó su convencimiento de que la influencia de un país no se mide “en un voto más o menos”, sino en su “coherencia, capacidad constructiva y compromiso por Europa”.
Zapatero aseguró que no se habló en la cumbre de modificaciones sobre el número de europarlamentarios, pero recordó que el acuerdo vigente sobre su ampliación ante las elecciones de 2009 beneficiará a España.
También destacó que la UE vaya a contar con una política común integral en materia de inmigración sobre las bases fijadas en los últimos meses y en las que dijo que España ha tenido una “activa participación”.
Al mismo tiempo, mencionó la trascendencia que tiene para España “como cuestión estratégica” el acuerdo de introducir en el texto del Tratado una referencia específica al fomento de las interconexiones energéticas entre los Estados miembros.
Zapatero recordó igualmente que en el Tratado se mantendrán las mejoras establecidas en la Constitución Europea en relación con las regiones ultraperiféricas.
El presidente del Gobierno elogió el “papel fundamental” de la Presidencia alemana para lograr el consenso, e hizo hincapié en que España ha apoyado esa labor al tiempo que ha mantenido una estrecha colaboración con Francia, Italia y el Reino Unido.
“Europa ha sabido dar respuesta a una situación difícil”, aseguró Zapatero, quien consideró que, ahora, la UE tendrá “una voz mucho más poderosa y única en el mundo”.
Respecto a la petición polaca de que el texto permitiera que quedaran al margen de la Carta de Derechos Fundamentales las normas sobre moral pública y familia (cuestión no incluida finalmente), Zapatero dijo que “es evidente” que esa pretensión no podía contar con el respaldo de España ni con el de la gran mayoría de gobiernos de la UE.