Un turista arrepentido devuelve rocas robadas del Parque Nacional de Timanfaya porque le trajeron ''mala suerte''
''He oído leyendas que cuentan que extraer roca volcánica de su fuente de origen trae mala suerte, y me temo que esto me ha pasado''. Así empieza la carta enviada por un turista alemán al Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote), uno de los más visitados del país. Esta misiva acompaña a unos fragmentos de lava solidificada que el visitante sustrajo durante una visita a las Montañas del Fuego y que ha decidido devolver ''tras una grave tragedia personal''.
''Le agradecería eternamente que los esparciera fuera del centro donde la recogí, en el lugar donde se encuentran las brasas calientes'', termina el escrito. El Parque Nacional ha aprovechado este caso para recordar en sus redes sociales y en su página web que cada año se requisan en el aeropuerto de la isla grandes cantidades de rocas, rofe, conchas y otros elementos del patrimonio geológico y natural de Lanzarote.
Cada año se recopila en el aeropuerto más de una tonelada de elementos naturales extraídos de espacios naturales de la isla. ''Esa roca carece de sentido en tu vitrina. No es un recuerdo ni materia prima para un colgante. Pertenece a la naturaleza. Sustenta la vida y la cultura de nuestra isla. Robar naturaleza es robar futuro'', ha recordado el Parque en su perfil de la red social X.
Extraer este tipo de materiales de su espacio natural está penalizado con sanciones de hasta 3.000 euros. Además, provoca un importante impacto en el entorno de la isla. ''Una roca no es un trozo de material inerte. Una roca es el hábitat de líquenes, hongos e insectos. Una aliada para evitar la erosión: construye suelo y lucha contra la desertificación'', explica el Parque.
Robar rocas de Timanfaya daña microsistemas y organismos endémicos, rompe la cadena alimentaria y disminuye la población de la fauna. ''Si no hay rocas, no hay refugio para los invertebrados, y si no hay invertebrados, sus depredadores (lagartijas, aves...) se quedan sin alimento. Un efecto dominó catastrófico'', añaden.
''Desmantelas nuestra identidad cultural: las rocas volcánicas son la base de la arquitectura vernácula de Lanzarote'', ya que con ellas se hacen socos, lindes y muros, concluyen.
El Parque Nacional de Timanfaya fue en 2024 el cuarto más visitado del país, solo por detrás del Teide, la Sierra de Guadarrama y los Picos de Europa. En concreto, según las cifras publicadas por el Ministerio de Transición Ecológica, este espacio recibió el año pasado 1.492.435 visitantes. El aumento de turistas no es exclusivo de las Montañas del Fuego. Este incremento se extiende a los cuatro parques nacionales de Canarias, que han pasado de tres a ocho millones de visitantes en total en solo cuatro años, y que están al borde del ''colapso continuo''.
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