“Ningún ser humano es ilegal”
Un centenar de personas se ha concentrado en la tarde de este miércoles ante la sede en La Palma de la Dirección Insular de la Administración General del Estado para rechazar el acuerdo de la Unión Europea con Turquía para la devolución de refugiados. El acto ha sido convocado en todo el Archipiélago por la plataforma ciudadana Bienvenidos Refugiados Canarias (BRC), que se opone al programa de devolución a Turquía de toda persona extranjera que arribe a las costas griegas, incluidas aquellas de nacionalidad siria.
Los participantes han exhibido pancartas y han coreado consignas como ‘Ningún ser humano es ilegal’, ‘Canarias es tierra de acogida’ o ‘No al acuerdo con Turquía’. Felipe Ramos, de Izquierda Unida Canaria (IUC), leyó un manifiesto en el que se “muestra nuestro más absoluto desacuerdo con esta atrocidad, que convierte a las personas refugiadas en moneda de cambio y viola el Derecho Internacional. También hemos querido escenificar la crueldad de las medidas políticas, que lejos de buscar soluciones a esta crisis, la complican e imponen un destino fatal para estas personas”. Adela Serrano, de CGT, leyó un documento en los mismos términos.
MANIFIESTO
Los próximos días, 17 y 18 de marzo, el Consejo Europeo firmará un vergonzoso acuerdo con Turquía en el que la población refugiada que entre a los Estados miembros será expulsada al Estado turco, violando la convención de Ginebra que establece que quien llega a un territorio puede pedir asilo, y no puede ser expulsado o deportado hasta que se resuelva su expediente. Si ese acuerdo llega a firmarse, se anulará la Convención del Refugiado creada por la ONU en 1951.
Hoy nos hemos reunido para mostrar nuestro más absoluto desacuerdo con esta atrocidad, que convierte a las personas refugiadas en moneda de cambio y viola el Derecho Internacional. También hemos querido escenificar la crueldad de las medidas políticas, que lejos de buscar soluciones a esta crisis, la complican e imponen un destino fatal para estas personas.
Como países que abanderan los valores democráticos y los derechos humanos, pedimos coherencia en las políticas y que se atienda esta crisis humanitaria como lo que es, la llamada de auxilio de una población que vive un conflicto bélico en el que se juega la vida tanto dentro, como intentando escapar de él.
Por todo ello, exigimos a nuestros Estados:
Que no cierren las fronteras exteriores de la UE; que se respete el Derecho europeo e internacional; que se procesen todas y cada una de las solicitudes de asilo de forma individual, sin discriminaciones y de acuerdo con la legislación europea e internacional; que no se permitan las devoluciones en caliente a Turquía o a cualquier otro lugar; que trasladen inmediatamente a los y las solicitantes de asilo atrapados en Grecia, y que se abran vías seguras para los refugiados y refugiadas. En definitiva, que se trate igualitaria y dignamente a los seres humanos y que se pongan en práctica los valores antaño defendidos. Esta no es una crisis de refugiados. Es una crisis humanitaria en la que la vida de miles de personas, entre ellas muchísimos niños y niñas que están viviendo en condiciones inhumanas, están en juego. Europa tiene los medios para ayudar a las personas necesitadas, y exigimos a la Unión Europea y a sus Estados miembros que respeten los valores de la dignidad humana y los derechos humanos, así como el Derecho internacional y, sobre todo, que propongan políticas humanas para una Europa humana.
Según un artículo del día de ayer en un diario digital “nunca más” era un sentimiento compartido tras la Segunda Guerra Mundial. “Una vez más” podría convertirse en el lema del momento actual.