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Un error del fiscal obliga a absolver a Vicario Setién del secuestro de Aldaya

La ausencia en el juicio por el secuestro del industrial José María Aldaya de un informe pericial sobre las muestras genéticas del etarra Gregorio Vicario Setién recogidas en el zulo donde estuvo retenido, que el fiscal no aportó como prueba, obligó este jueves a la Audiencia Nacional a absolver al acusado.

En una sentencia notificada este jueves, la sección primera de la sala de lo penal de este tribunal recuerda que el informe versaba “sobre el perfil genético que se obtuvo del estudio y análisis de una maquinilla de afeitar” recogida por la Policía en una nave industrial del polígono de Gaviria del barrio de Ventas de Irún (Guipúzcoa), donde ETA tenía un zulo para retener a sus víctimas.

El informe, que concluía que el ADN obtenido de la maquinilla era de Vicario Setién, fue trasladado al fiscal y al resto de las partes personadas en la causa -entre las que también figuraba la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT)- el pasado 11 de septiembre, “sin que el mismo se introdujera en el plenario”, por lo que no pudo ser analizado por el tribunal al deliberar la sentencia.

Sin esta prueba de la presencia de Vicario Setién en el zulo en el que ETA tuvo secuestrado tanto a Aldaya como al también industrial Cosme Delclaux, la sala considera que las acusaciones no han conseguido desvirtuar la presunción de inocencia del procesado.

“Procede resolver en consecuencia, absolverle libremente del delito y dejar sin efecto las medidas cautelares de tipo personal y económico acordadas en la fase sumarial y declarar de oficio las costas causadas en este proceso en lo que afecta a dicho encausado”, añade el tribunal en su resolución, de la que ha sido ponente el magistrado Fernando Bermúdez de la Fuente.

Aldaya estuvo secuestrado durante 341 días, entre el 8 de mayo de 1995 y el 14 de abril de 1996, y durante el juicio, en el que declaró por videoconferencia debido a sus problemas de salud, aseguró que después de su largo cautiverio tiene “suerte de estar vivo”.

Vicario Setién, por su parte, se negó a declarar en la vista y se limitó a manifestarse “orgulloso” de pertenecer a ETA.

Tras conocer la sentencia, un portavoz de la Fiscalía de la Audiencia Nacional aseguró a los periodistas que el fiscal del caso, Ignacio Gordillo, está de permiso estos días, y que hasta su regreso el próximo lunes el ministerio público no podrá dar una explicación de lo ocurrido ni anunciar si recurrirá o no la sentencia.

Gordillo había solicitado 17 años de prisión para Vicario Setién por un delito de detención ilegal.

La absolución, en cualquier caso, no supondrá la excarcelación del acusado, que está pendiente de que se dicte sentencia en la causa en la que fue juzgado por el asesinato en Barcelona el 7 de febrero de 1994 del coronel del Ejército Leopoldo García Campos y que el pasado 23 de noviembre ya fue condenado a 8 años de prisión por la colocación de un coche-bomba en la capital catalana.

Por otra parte, la Audiencia Nacional absolvió hoy a otros dos presuntos etarras, José Luis Beotegi y Miguel Guillermo San Argimiro, para quienes la Fiscalía solicitó penas de 9 años y 10 años de prisión por enviar cartas de extorsión y ocultar a miembros de la banda y por pertenecer al “comando Ipar Haizea”, respectivamente.

En el caso de Beotegi -que en su día afirmó que los cocineros vascos Juan María Arzak, Carlos Argiñano, Martín Berasategi y Pedro Subijana pagaron a ETA el llamado “impuesto revolucionario”-, el tribunal le absuelve porque no hay ningún dato que corrobore las acusaciones que pesaban contra él, salvo sus propias declaraciones ante la Policía.

También San Argimiro ha sido exculpado por falta de pruebas.

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