El 'cerebro' del 11-M desmiente la autoría de la masacre
El presunto ideólogo del 11-M Rabei Osman El Sayed, Mohamed El Egipcio, admitió este lunes que comentó las noticias que vio en televisión sobre los atentados con un amigo afincado en Bélgica, Mourad Chabarou, pero alegó que eso no implica que participara en la masacre, que volvió a condenar “rotundamente”.
“Soy un ser humano normal y no tengo nada que ver con ese atentado terrorista”, insistió El Egipcio, para quien la fiscal pide 38.656 años de cárcel, tras indicar además que las conversaciones grabadas por la Policía italiana en las que supuestamente se atribuye la autoría del 11-M no se corresponden con su voz y que las traducciones son defectuosas en un 80%.
En esas conversaciones el presunto terrorista aseguraba supuestamente que el 11-M “fue todo idea mía me costó mucha paciencia y mucho estudio”, reconocía que el atentado fue un “proyecto” suyo que “me llevó dos años y medio” y “los que murieron son mártires y mis queridísimos hermanos”.
Respecto a las conversaciones con su amigo Mourad en las que hablaba de los atentados, El Egipcio consideró que se habían malinterpretado y puso como ejemplo, pidiendo insistentemente que no le malinterpretaran, lo que le ocurrió el pasado año al Papa Benedicto XVI al hablar sobre el Islám en una conferencia y recordó que tras pedir disculpas todo se olvidó y no pasó nada, porque se entendió que se habían malinterpretado sus palabras.
Así, explicó que en su conversación el 24 de mayo de 2004 con Mourad -al que conoció en Tarazona (Zaragoza) en 2002- “sólo comentaba las noticias de la televisión”, lo que no implica que “yo tuviera ninguna relación con estas actividades terroristas”.
Aseguró que para él fue un shock ver las imágenes de “sus amigos de Madrid”, calificativo que empleó en la conversación con Mourad, como Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, muerto en Leganés, o Fouad El Morabit, acusado que se enfrenta a una petición de doce años de cárcel, y que El Egipcio, según declaró, creyó que también había fallecido en Leganés cuando vio su fotografía en la televisión.
Tras manifestar que hasta después de ser detenido, el 7 de junio de 2004 en Milán, no tuvo conocimiento de que estaba siendo vigilado e intervenido telefónicamente por la Policía de España, Francia e Italia, Osman El Sayed dijo que “todas las informaciones son falsas y defectuosas” y se cuestionó su procedencia.
También calificó de “sencilla e irrelevante” otra conversación que mantuvo con Mourad el 12 de abril de 2004 con el que dijo que hablaba para desahogarse porque era un amigo suyo, ya que, según dijo, “mi estancia en Europa ha sido una tragedia desde que llegué, he estado sufriendo una crisis económica tremenda y mi matrimonio también fracasó”.
Admitió además haber llamado el 17 de abril a su amigo Fouad El Morabit pero no logró hablar con él porque ya entonces estaba detenido, circunstancia que, sostuvo, él desconocía por completo cuando le llamó.
El Egipcio terminó así de declarar en el juicio tras contestar a las preguntas de su abogado, Endika Zulueta, después de que su interrogatorio quedara interrumpido el pasado 15 de febrero para que ambos escucharan las intervenciones telefónicas en las que se sustenta la acusación contra él, trámite que llevaron a cabo el jueves pasado en la sede de la Audiencia Nacional, en la madrileña calle de Génova.