Francia libera a la presunta etarra que intentó atentar contra el Rey
La francesa Concepción Iglesias Álvarez, pareja del ex jefe del aparato militar de ETA Javier Arizkuren Ruiz Kantauri y reclamada por España en relación con el intento de atentado al rey Juan Carlos en 1995, fue puesta en libertad este viernes, horas después de ser detenida en el País Vasco francés.
La Fiscalía del Tribunal de Apelación de Pau (suroeste de Francia) ordenó la puesta en libertad de la mujer, tras notificarle la euro-orden emitida por la Justicia española, dijeron fuentes próximas al caso. Iglesias Álvarez seguirá en libertad a la espera de que la corte examine y se pronuncie sobre la euro-orden española, agregaron las fuentes.
La mujer fue arrestada por la Policía Judicial francesa hacia las 08.15 hora local (07.15 GMT) cuando circulaba por una carretera, cerca de su domicilio, entre las localidades vascofrancesas de Urt y Lahonce, no lejos de Bayona. Iglesias Álvarez no se resistió al arresto y no estaba armada ni llevaba documentación falsa, precisaron las fuentes.
La euro-orden española se basa en una antigua decisión de la Audiencia Nacional, que la procesó en rebeldía en 1996 en relación con el intento de atentado contra el Rey de España en Palma de Mallorca en 1995. En el juicio en Francia, en el que ella negó su pertenencia a ETA, Kantauri reconoció su propia culpabilidad en el intento de atentado y negó que ella actuase de enlace con el comando que debía perpetrarlo.
Iglesias Álvarez, detenida por primera vez en Francia en 2000, fue excarcelada a finales de 2004 tras cumplir una pena de prisión dictada en el sumario sobre el intento de atentado al Rey.
Último ataque de la banda armada
La Ertzaintza identificó como presuntos autores de la colocación de dos bombas en el Juzgado de Getxo (Vizcaya) el pasado 11 de noviembre a Jurdan Martitegi Lizaso y Arkaitz Goikoetxea Basabe, a quien en septiembre ya se le atribuyó el atentado contra la casa cuartel de Durango (Vizcaya) en agosto.
La Ertzaintza atribuye ahora ese atentado tanto a Arkaitz Basabe como a Jurdan Mintegi, informó este viernes el departamento de Interior del Gobierno vasco en una nota de prensa en la que no se califica de “liberados” a ninguno de los dos presuntos terroristas. La información sobre estos dos presuntos miembros de ETA ya fue comunicada a todas las unidades de la Ertzaintza, así como a los restantes cuerpos policiales y a la Audiencia Nacional.
Martitegi Lizaso, de 27 años y natural de Durango, destaca por su altura de casi dos metros y se encuentra huido desde hace aproximadamente un año. Este individuo ha sido detenido en dos ocasiones por la Policía vasca, en 1997 acusado de desórdenes públicos y en 2000 por el ataque a una sucursal bancaria en el municipio vizcaíno de Galdakao.
Además en 2001 ingresó en prisión tras ser detenido acusado de la colocación de un artefacto en los Juzgados de Durango en septiembre de 2000, el ataque a una sucursal de Legazpia (Guipúzcoa) y por otras dos acciones de kale borroka, entre ellas el ataque contra el cuartel de la Guardia Civil de Galdakao en la Nochevieja de 1999. La Ertzaintza le vincula con “numerosos” actos de violencia callejera, entre ellos el incendio de un concesionario de automóviles en 2000 en Iurreta, localidad colindante a Durango.
Arkaitz Goikoetxea Basabe, de 27 años y natural de Barakaldo (Vizcaya), se encuentra huido desde 2003, tras haber sido detenido en dos ocasiones por la Ertzaintza. El primer arresto fue el año 2000, cuando perdió varios dedos al explotarle un artefacto casero y fue detenido en un ataque a la Subdelegación del Gobierno en Vitoria, y el segundo en 2002, por un ataque al cuartel de la Guardia Civil en Galdakao.
La Ertzaintza considera que Arkaitz Goikoetxea cuenta con una “amplia trayectoria en la kale borroka” y que entre 1995 y 2005 participó en “numeros actos de violencia callejera”, incluidos ataques a patrullas de la Policía vasca. Jurdan Martitegi y Arkaitz Basabe, junto a un tercer acusado, fueron absueltos, por falta de pruebas, en mayo de 2004 por la Audiencia Nacional tras juzgarles por el ataque con cócteles molotov llevado a cabo en julio de 1998 contra la Subcomisaría de la Ertzaintza de Amorebieta (Vizcaya), por el que fueron condenados a 17 años de prisión los otros cuatro acusados.
El atentado con una furgoneta bomba contra la casa cuartel de Durango, el 24 de agosto, fue el primero de ETA tras su anuncio de fin del alto el fuego y causó heridas leves a dos agentes y cuantiosos daños materiales, tanto en el cuartel como en las viviendas cercanas. En cuanto al atentado fallido de Getxo del pasado 11 de noviembre, los terroristas colocaron dos bombas, pero sólo alertaron telefónicamente de una de ellas, mientras que la segunda, escondida en una papelera y con un temporizador preparado para estallar unos veinte minutos después de la hora comunicada para el primer artefacto, no fue hallada hasta ocho horas después.