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Toma de tierra
Carta abierta a Valeria Castro: no es eterno estar a la deriva
Toma de tierra
Valeria Castro (1999) tiene una de esas voces que surgen cada cierto tiempo, hablamos de cinco o seis veces en un siglo. Un timbre que parece en sí mismo una melodía, un sonido de otro mundo y, de hecho, es de la isla de La Palma.
En una publicación en sus redes sociales, la cantante ha anunciado que se retira temporalmente de los escenarios tras sufrir un quiebro en la voz en una gala de Operación Triunfo, el modo en que lo explica es también poesía: “Los últimos meses no han sido fáciles para mí y las últimas semanas, de manera progresiva, todo se me ha ido agarrando a la garganta”. De la crueldad que despacharon las redes sociales en ese momento escribió en este periódico la periodista Meritxell Ros, de modo que solo me centraré en redactar en género epistolar una carta a Valeria Castro que espero que no lea porque significa que estará lejos de esta jungla de crueldad anónima que son las redes sociales y que por suerte no son la vida, (¿cómo iba a ser la vida esto?).
Quiero que sepas que no hay ningún problema en ti, ni en tu voz, ni en tu carrera artística que te prometo no es una gala, ni es este lunes, ni es una canción ni es un momento, es todo lo que está por venir. Quiero decirte que esta sociedad es despiadada con los errores de los demás porque fueron severos con ellos mismos la primera vez que cometieron un error, no les abrazaron como abraza tu voz y sienten tanto miedo que van depredando el alma de la gente que tiene un mensaje que entregar al mundo. Crecimos leyendo cómics fantásticos, pero con mensajes extraños acerca de la sensibilidad y el arte, hasta el punto de confundir hoy todo el tiempo sensibilidad con debilidad. Astérix y Obélix, un cómic antiimperialista que luchaba contra la opresión de una minoría, en todos los tomos maltrataba a un personaje solo porque cantaba. Sus propios amigos galos.
Y es lo que se hace con las sensibilidades porque son incontrolables, porque no se pueden meter en un molde, y el miedo necesita moldes, el control necesita moldes.
Se habla más que nunca de la salud mental en todas partes, pero sospecho que nadie quiere ser el vulnerable, sino el comprensivo, cuando casi todos estamos quebrados por dentro, apretando las mandíbulas o muertos de miedo.
Valeria, yo siempre hablo con una amiga palmera y colega de oficio, de que las canarias tenemos una gran ventaja ante la adversidad: el fuego no puede hacernos daño a quienes estamos hechas de lava. Tú renacerás en breve, como renace la isla que te está viendo crecer de cada uno de sus contratiempos históricos y seguirás triunfando allende los mares porque como tú nos explicaste, si mañana mismo te retiraras lo que has hecho ya es suficiente. Ya eres suficiente.
El mundo necesita tu sensibilidad, no lo saben porque van de nueve a cuatro a un trabajo incierto, no han podido ser astronautas o les castraron sus sueños, pero lo mejor de ellos mismos, lo son cuando se quitan el disfraz de intolerante y consumen arte, miran las flores, oyen la música.
Así que tú Cuídate, Guerrera, busca la respuesta en La raíz, que no es eterno estar a la deriva.