Un colectivo ciudadano llama a desplegar una bandera republicana gigante el 18 de julio en Las Palmas de Gran Canaria
Un colectivo ciudadano formado por profesionales, intelectuales, artistas, organizaciones políticas, sindicales y sociales de Gran Canaria ha hecho circular estos días un manifiesto en el que llama a una movilización cívica el próximo 18 de julio mediante el despliegue de una bandera republicana gigante ante el Gobierno Militar de Las Palmas, en la capital grancanaria.
El manifiesto, titulado “La ola ultraderechista ya mira a Canarias y a España”, hace un llamamiento “a la defensa de la libertad, la igualdad, la cultura, la fraternidad, la paz, el feminismo, la autodeterminación, la memoria democrática y la salud del planeta” y a “los valores republicanos” ante el “tsunami ultraderechista que agita las costas europeas de norte a sur, pasando por el este y el oeste” que se traduce en que “las fuerzas de extrema derecha están cada vez más presentes en los parlamentos y en los gobiernos europeos”.
El acto culminante de esta petición de movilización social tendrá lugar el 18 de julio, día en el que comenzó el golpe de estado de 1936, ante el Gobierno Militar, en el parque de San Telmo, donde se desplegará una bandera republicana gigante, como ya ha ocurrido en otras ocasiones. Los organizadores dicen contar con autorización de la Delegación del Gobierno en Canarias.
El manifiesto dice así:
“Un tsunami ultraderechista agita las costas europeas. De norte a sur, pasando por este y oeste, las fuerzas de extrema derecha están cada vez más presentes en los parlamentos y en los gobiernos europeos.
Los cordones democráticos, sacrosantos e indiscutibles hace tan solo unos años, están cayendo como un castillo de naipes. Y los discursos, los pactos o la presencia de formaciones ultra están viviendo una época de normalización y blanqueamiento en Europa.
El ascenso de la extrema derecha, cimentado en un discurso del odio a las personas refugiadas, los homosexuales y a los retrocesos en políticas de igualdad y climáticas, supone una de las mayores amenazas para la democracia.
Las elecciones del 23 de julio pueden suponer la conquista del Gobierno por el bloque de la derecha extrema y la extrema derecha, convirtiéndose así en el laboratorio sobre pactos de la derecha ultra en las elecciones europeas del próximo año.
PP y VOX ya han anunciado que en caso de gobernar, derogarían todo lo avanzado en materia de Memoria Democrática, anulando con ello su recuperación, salvaguarda y difusión, entendida ésta como conocimiento de la reivindicación y defensa de los valores democráticos y los derechos y libertades fundamentales a lo largo de la historia contemporánea. Negarían asimismo el reconocimiento de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, de pensamiento u opinión, de conciencia o creencia religiosa, de orientación e identidad sexual, durante el período comprendido entre el de 18 de julio de 1936, la Guerra de España y la dictadura franquista, así como la reparación moral y la recuperación de su memoria personal, familiar y colectiva.
Anularían incluso el repudio y condena al golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y la posterior dictadura franquista, que hoy ya ha sido declarada ilegal.
La designación de Franco como capitán general de Canarias confirió al Archipiélago la condición de llave para la sublevación militar. En sus cuatro meses de mando, desde la Capitanía Militar de Tenerife el general genocida va fraguando el plan de los rebeldes, que da su definitivo paso al amanecer de aquel 18 de julio de 1936 desde el Gobierno Militar de Las Palmas: el bando fascista declaraba el estado de guerra a la legalidad democrática republicana.
En Las Palmas de Gran Canaria, el mismo 18 de julio fueron registrados y saqueados los talleres de las dos logias masónicas y se hacía a la mar el guardacostas Arcila, que se encontraba destacado en el puerto, para patrullar la costa norte de la isla, donde existían focos de resistencia. El fuego de sus cañones y las operaciones coordinadas de fuerzas del Ejército y de la Guardia Civil acabaron con la resistencia de los defensores de la legalidad republicana en Arucas, Guía, Gáldar y Agaete.
En virtud del artículo 5º del Bando de Guerra de 18 de julio de 1936, se produjo la destitución de las autoridades republicanas que habían sido elegidas pocos meses antes en las elecciones de febrero de 1936. Las instituciones fueron ocupadas por los militares y los cargos políticos pronto recuperados por los miembros de la burguesía, los terratenientes insulares y los grupos conservadores que se adhirieron al nuevo régimen. Además, con despliegue de cruel violencia, con asesinatos y detenciones desde la misma mañana del golpe, se desató la más brutal represión de los que defendían la libertad y la democracia. La represión respondía, de esta manera, a una acción planificada con el objetivo de desarticular la posible respuesta de las fuerzas políticas y sociales próximas a la República.
La defensa de la memoria democrática, la historia de la lucha por la libertad y el combate al fascismo de la ciudadanía canaria, la asumimos como un derecho civil que debe garantizar la preservación, el acceso y el uso de este patrimonio, velar por las estructuras de transmisión memorial y crear otras nuevas, en su caso, para que nuestra gente disponga libremente de elementos que le permitan participar en la construcción de una imagen del pasado.
Aún falta un tramo por recorrer en este camino. La no derogación de la ley de Amnistía de 1977, ley de punto final, preconstitucional, ha hecho posible que se perpetuaran en los principales órganos del Estado democrático los herederos biológicos e ideológicos del franquismo. El aparato judicial sigue en esas mismas manos así como el policial. El Ejército y la Guardia Civil mantienen con gran celo su memoria franquista y sus archivos son inaccesibles en su mayor parte. Han venido consiguiendo que aún aquí no haya plena normalidad democrática.
La derecha extrema vuelve a atacar. Y ello exige la respuesta inmediata y contundente de quienes defendemos la libertad y democracia plenas. Por ello convocamos a la ciudadanía a la concentración el 18 de julio de 2023, en la plaza de San Telmo de Las Palmas de Gran Canaria, a las 19,00 horas, para hacer pública la repulsa a las provocaciones y amenazas del fascismo que hoy agitan a nuestra sociedad.
En este momento, realizar esta concentración en la fecha del 18 de Julio, frente al mismo edificio en el que el genocida dictador comenzó su guerra para derrocar por la fuerza militar a la República, la dota de especial significación simbólica de la lucha por la defensa de los valores republicanos que ha protagonizado la parte más solidaria, generosa y lúcida de nuestra sociedad civil a lo largo de la historia contemporánea“.
Entre los promotores de este manifiesto se encuentran Izquierda Unida Canaria, Comisiones Obreras, Intersindical Canaria, Fsoc, Foro para la Memoria Histórica de Arucas y a título individual personas como la periodista Hermina Fajardo o los abogados Isabel Lecuona y Diego León, entre otras.
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