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Un experto asegura que el viajero actual quiere vivir experiencias y el enoturismo se las puede proporcionar

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 19 (EUROPA PRESS)

El profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna, Vicente Zapata, ha participado este lunes en el curso “Desarrollo económico y biodiversiad: ¿es posible?” de la Universidad de Verano de Adeje (Tenerife) con una conferencia en la que quiso poner en valor las iniciativas turísticas concebidas alrededor de la cultura del vino.

Tal y como explicó, el perfil del turista actual es más exigente, por lo que ya no basta con ofrecer un buen alojamiento, sino que, en un contexto cada vez más competitivo, hay que ofrecer productos diferenciados: “El viajero del siglo XXI desea vivir experiencias, y el enoturismo se las puede proporcionar”.

En Canarias se han empezado a dar los primeros pasos en este ámbito, como iniciativas como la “Guagua del Vino” que unifica los municipios de Tegueste, La Laguna, Tacoronte, El Sauzal o La Orotova, o la división temática que se ha realizado en La Palma.

Zapata consideró muy positivas estas iniciativas como punto de inicio, pero abogó por u modelo que unifique el enoturismo con el senderismo, y que permita al viajero realizar a pie los desplazamientos necesarios.

En este sentido, puso como ejemplo la experiencia que se lleva realizando desde hace años en la comarca catalana de El Priorat (Tarragona), en la que se han recuperado los caminos tradicionales para conectar pueblos y localizaciones relacionadas con la cultura del vino.

Zapata propuso una visión compleja e integradora del enoturismo, pues según su idea, no basta con limitarse a llevar a los viajeros a visitar una bodega y luego llevarlos a comer. Con el vino como hilo conductor, también se puede a dar conocer el paisaje, el territorio, la historia, los personajes, la cultura, las costumbres, la industria tradicional y otras muchas facetas del territorio. Y, en su opinión, en Canarias existen las condiciones para desarrollar esta idea.

El profesor de la ULL señaló que en la creación de rutas enoturísticas se debe lograr la coordinación de muchos agentes diferentes, que sirven para ejemplificar las posibilidades de diversificación que ofrece esta actividad: bodegas, restaurantes, alojamientos rurales, camisos tradicionales, centros históricos y poblaciones con encanto, museos, recintos de comercio tradicional, vinoteras y tiendas especializadas.

Todo ello requiere la realización de una serie de tares, la primera de las cuáles es identificar qué recursos se van a emplear y qué es lo que se quiere mostrar. A continuación, habría que buscar promotores de la actividad, tanto públicos como privados; planificar las actividades; elaborar un materia documental de calidad para entregar a los visitantes; formar personal especializado para atender a los usuarios; buscar la homologación de las rutas para certificar su calidad y, sobre todo, conservar las actividades y el territorio en el que se basa la actividad.

Así, el enoturismo, y en especial aquel que se relaciones con el senderismo, supone para Zapata una oportunidad para poner en valor el territorio y sus recursos, y contribuir a la conservación de determinados paisajes y prácticas ancestrales, como el cultivo o la propia elaboración del vino.

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