El Supremo confirma la regulación de empleo del Ayuntamiento de Gáldar
El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la legalidad del expediente de regulación de empleo (ERE) que aprobó el Ayuntamiento de Gáldar (Gran Canaria) en abril de 2012, con 26 despidos, para equilibrar su situación presupuestaria, el segundo que acometía en esta legislatura.
El Supremo coincide con la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) en que el Consistorio acreditó “su insuficiencia presupuestaria” durante los ejercicios de 2010 y 2011, es decir, más allá de los tres trimestre consecutivos que fija la ley para estos casos desde la última reforma laboral.
La sentencia coincide además con el TSJC en que la medida adoptada por el Ayuntamiento (reducir un 8,93% su plantilla, de 291 a 265 trabajadores) “puede considerarse razonable en cuanto a su proporcionalidad, a la vista de la situación económica” que padecía el Consistorio, que en aquellos momentos gastaba en nóminas el 80% de sus recursos ordinarios.
El TS ratifica asimismo que el alcalde, Teodoro Sosa (NC), tenía competencias para acordar el despido del personal laboral -algo que los sindicatos discutían-, “sin perjuicio de que posteriormente” debiera dar cuenta al pleno en la primera sesión que se celebrase.
“La decisión más difícil de tomar”
En un comunicado, Sosa subraya que esta sentencia “garantiza la estabilidad económica del Ayuntamiento y el sostenimiento de los servicios públicos que presta”.
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23 años de cárcel
En Canarias Ahora podemos atestiguar que el Lawfare existe. Lo vivimos de cerca entre 2015 y 2022 cuando informamos con todo detalle de cómo el exministro José Manuel Soria (PP) y el exjuez Salvador Alba conspiraron para acabar con la carrera política y profesional de la magistrada Victoria Rosell (Podemos). Y lo volvemos a vivir ahora con el intento de Alba de vengarse en la persona del director de nuestro periódico, Carlos Sosa, tras haber sido descubierto, juzgado y condenado a los tres delitos más graves que puede cometer un juez (cohecho, prevaricación y falsedad en documento judicial) a seis años y medio de prisión y 18 de inhabilitación.
Con la ayuda de una jueza de Madrid que ha desoído incluso al Ministerio Fiscal, Alba ha conseguido que Carlos Sosa se siente en el banquillo para responder a una petición de 23 años de prisión y a una indemnización de 422.500 euros simplemente por haber informado con todo rigor de sus delitos y de sus trapisondas para eludir la acción de la justicia.
El alcalde asegura que aprobar ese ERE fue “la decisión más difícil de tomar” para su equipo de gobierno (NC-PSOE), pero alega que ha permitido “salvar la administración y lo servicios públicos, que han podido continuar con normalidad”.
También ha servido, añade, para “garantizar las nóminas mes a mes y dar tranquilidad al resto de los que continúan prestando sus servicios en el Ayuntamiento”.