Gobierno y oposición reconocen la ''pésima herencia'' de González Santiago
El Pleno extraordinario sobre Servicios Sociales, celebrado este viernes en Santa Cruz de Tenerife, ha permitido aprobar 17 propuestas para la mejora de la atención a los vecinos del municipio, pero ante todo ha puesto de relieve la pésima herencia dejada por el anterior responsable del área, el líder del CCN Ignacio González Santiago.
José Manuel Arocha, responsable de Asuntos Sociales, Igualdad y del Instituto Municipal de Asuntos Sociales (IMAS), dijo los avances logrados en sus 15 meses al frente, aunque admitió que es mucho más lo que queda por hacer. Por ejemplo, explicó que se había logrado un acuerdo de colaboración con la Dirección General de Servicios Sociales del Gobierno canario, lo que dejó pasmados a los miembros de la oposición, que esperaban que algo tan básico ya existiera.
Arocha reconoció el retraso en la tramitación de expedientes de ayudas básicas, que al inicio de su mandato era de la friolera de dos años, y había unos 7.000 a la espera de respuesta, “de los que solo quedan por resolver mil, y espero que a partir de diciembre los tiempos de respuesta no superen el mes y medio, o los dos meses”.
No fueron esas las únicas carencias graves del IMAS que salieron a la luz, en un Pleno extraño, convocado por toda la oposición (incluido el PP), en el que no hubo gritos ni descalificaciones, y en el que por una vez no tuvo que intervenir la Policía Local para despejar la sala de público indignado.
Solo turbaron el ambiente los gritos en la calle de trabajadores de Transportes Interurbanos de Tenerife (TITSA), protestaban por los recortes salariales, y les sucedieron miembros de la Plataforma de Afectados de las Hipotecas (PAH), que protestaban por el desahucio de una madre y dos hijos por orden de Bankia.
Falta de coordinación
Desde la falta de escuelas infantiles a la desatención a las personas sin hogar, la sesión de seis horas fue un desgrane tras otro de agujeros en el Instituto Municipal, que, según lo expuesto, ha funcionado desde su creación sin coordinación alguna con otras áreas esenciales, como Viviendas Municipales, Recursos Humanos o Participación Ciudadana.
Así que en sus despedida definitiva como concejal, ya que entrega su acta, José Manuel Arocha matizó que tuvo que reorganizar las Unidades de Trabajo Social (una por cada uno de los siete distritos de la ciudad) y que algunas tenían que trabajar en condiciones penosas, como la UTE de San Andrés, integrada por tres personas que atendían a los usuarios en un pasillo, mientras que otros trabajadores carecen de mesas y ordenadores.
Porque, esa es otra, el IMAS, pese a tener un presupuesto superior a los 15 millones de euros, de los que cinco se van en pagar nóminas, carece de un programa informático