Miguel Cabrera Pérez-Camacho
Culto, rico, inteligente y a veces hasta simpático: el yerno que todas las madres quisieran tener. Pero los partidos no son nada maternales. ATI se le quedó chica, y el PP le queda grande. Versador compulsivo -y malo- descubrió que rimar con moño puede hacerle a uno muy famoso.