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Miles de personas vuelven a decir 'no' al puerto de Granadilla

Unos 10.000 manifestantes según los organizadores y 2.000 según la Policía Nacional recorrieron este sábado el centro de Santa Cruz de Tenerife en defensa del suelo agrícola y del medio ambiente y advirtieron de que el puerto de Granadilla, que han logrado parar durante siete años, “nunca se construirá”.

Así se recoge en el manifiesto leído al final de la marcha, en el que también se denuncian los “pelotazos urbanísticos” y se pide “toda la verdad” sobre el caso de Las Teresitas y que sus responsables “vayan a la cárcel”.

“No a la destrucción de nuestra tierra” era el lema de esta manifestación organizada por Asamblea por Tenerife y la Coordinadora de Pueblo y Barrios, a la que se adhirieron medio centenar de organizaciones ecologistas, vecinales y sociales, así como partidos políticos minoritarios, ninguno de ellos con representación en el Parlamento.

Se trata de la sexta manifestación consecutiva anual que se celebra en estas fechas en las calles de Santa Cruz de Tenerife en defensa del medio ambiente, la primera de ellas en 2002 contra el paso de torres eléctricas por los montes de Vilaflor, lo que finalmente se evitó.

En esta ocasión, el manifiesto leído al final de la manifestación destacaba: “Hemos conseguido durante siete años paralizar la construcción del devastador puerto de Granadilla, y lo vamos a seguir paralizando siete años más, y cien años más, porque en realidad el puerto no se va a hacer nunca”.

Entre los manifestantes estaba el ex alcalde de Vilaflor José Luis Fumero, quien declaró que ningún político podría acudir a esta manifestación “porque se les caería la cara de vergüenza, empezando por el PSOE que es el que apoya el puerto de Granadilla”.

Cambio de modelo económico

Además de contra esta obra, la manifestación también se convocaba contra otras grandes infraestructuras como la ampliación del aeropuerto de Los Rodeos y la vía exterior, proyectos que acaban con el suelo rústico y la agricultura y las formas de vida tradicionales y que condenan a la sociedad a una mayor dependencia alimentaria del exterior, según los manifestantes.

“Queremos que cambie el modelo económico de las islas, que respeten los suelos rústicos, que fomenten las energías renovables y los empleos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, que inviertan en trabajos sociales, sanitarios, educativos, culturales y ambientales”, señala el manifiesto.

La manifestación, que transcurrió sin incidentes, partió a mediodía de la plaza Weyler, encabezada con una pancarta en la que se leía No a la destrucción de nuestra tierra, y se corearon lemas en contra del piche y de los principales partidos políticos, a los que asocian con la corrupción y los pelotazos urbanísticos.

Otra de las reivindicaciones era la de parar la construcción de puertos deportivos “para los yates de los ricos” y que conllevan “echar de sus casas” en la costa “a los más humildes”.

A su llegada a la Plaza de la Candelaria, donde finalizaba la marcha, se guardó un minuto de silencio por los montes de Tenerife, tras los grandes incendios de este verano, y por los inmigrantes muertos en su travesía marítima desde África.

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