Los últimos días del Dragón de Oro
El restaurante el Dragón de Oro, situado en la avenida de Anaga, vive ya sus últimas jornadas después de haber sido pionero hace cuatro décadas a la hora de educar a los chicharreros en las delicias de la comida china.
El establecimiento será demolido con toda seguridad la próxima semana a causa de las obras de construcción de la vía litoral de Santa Cruz después de que se llegara a un acuerdo con su propietario Juan Lu por el que la Autoridad Portuaria se comprometió a abonarle 177.558 euros. No por causalidad el restaurante de poco más de cien metros cuadrados se levanta en la zona más cara de todo el puerto santacrucero.
En estos momentos el edificio está vallado, se ha procedido a su desalojo, reubicación de sus trabajadores y nada impide que una pala mecánica pase por encima de su historia sin mayores contemplaciones. Unas labores que apenas durarán dos jornadas. En principio la Consejería de Obras Públicas no piensa guardar ningún recuerdo de este establecimiento pionero en la comida china pero si lo pidiera su dueño no habría problemas en que se quedara con alguno de sus elementos. En la actualidad ya se ha abonado una parte de la deuda a su propietario y el resto está pendiente de que se pague en los próximos días.
Lo que no acaba de despejarse del todo es qué ocurrirá con la decena de laureles de india que se encuentran en los alrededores de este establecimiento. El Gobierno maneja dos opciones o bien se levantan en peso y son trasladados unos quince metros en dirección al mar o se mantienen en su actual ubicación lo que dará lugar a que este tramo de la avenida de Anaga se tenga que cerrar durante las obras. Un equipo especializado en trasplantes ha hecho un estudio en el que se demuestra que el traslado es viable. Sin embargo, el Gobierno canario no acaba de tomar una decisión en firme.
En cualquier caso el principal objetivo es que a finales de este año las obras que cambiarán el litoral de Santa Cruz entre el Barranco de Santos y la estación de ferries se encuentren totalmente terminadas. Otro aspecto que se cambiarán son las luminarias de la avenida aunque se mantendrán las que hay ahora mismo en la acera más cercana al mar y que se han vuelto características de esta parte de la ciudad.
La opción de mover los laureles de india es más barata y permtirá que se aceleren los plazos para culminar las obras, que se calculan en casi un año menos. En total, Obras Públicas estima que en 10 meses podrá acabar la fase de la obra que supone la apertura del túnel principal en la avenida.
La expropiación del Dragón de Oro es la única que se llevará a cabo a raíz de la ejecución de esta obra cuyo presupuesto asciende a 40 millones de euros en lo que se refiere al túnel principal y 16 en el que se está ejecutando en terrenos del puerto y que se financia a medias entre la Autoridad Portuaria y el Gobierno de Canarias que desde hace meses está realizando su fase de los trabajos. Sin embargo, Puertos no ha acabado aún la redacción del proyecto de la parte del túnel que discurre por su terreno y mucho menos de adjudicarla, pese a que había anunciado que lo haría antes de acabar el pasado año.