La cara oculta
A Paco le persigue la fama desde que vino al mundo. Fue el primer bebé que nació con sombrero. Y no cualquier sombrero. Uno de lana cruda.
Remedios, su madre, se pasó todo el embarazo tejiendo con los ovillos sobre la panza y cantándole nanas del folclore local o alguna de Cafrune o Mercedes Sosa.
Aún recuerda los dolores de parto. Primero salió la corona, luego el ala y, finalmente, asomó Paco, cuyo cordón umbilical también era de lana.
“Sólo una vez le vimos la cara”, recuerda su madre. Cuando le dijo “sí quiero” en el altar a Pamela, mirándole a los ojos.
Su hijo ha heredado el mismo gusto por la sombra y por la lana. Y en el pueblo nadie discute que es clavado a su padre.
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