Comienzan a funcionar 3.000 GPS para maltratadores a partir de 24 de julio
Los 3.000 primeros dispositivos de localización GPS para controlar a los maltratadores con orden de alejamiento respecto de sus víctimas comenzarán a funcionar a partir del próximo 24 de julio.
Así lo anunciaron este miércoles en rueda de prensa conjunta los ministros de Igualdad, Bibiana Aído; Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, Justicia, Francisco Caamaño; la presidenta del Observatorio de Violencia de género del CGPJ, Inmaculada Montalbán; y la Fiscal de Sala de la Fiscalía contra la Violencia sobre la mujer, Soledad Cazorla.
Este sistema, que cuenta con un presupuesto inicial de cinco millones de euros, estará gestionado por la empresa Securitas Direct-Telefónica y a disposición de los juzgados de todo el territorio nacional. Según afirmó Aído, se ha desplegado una red logística tal, que cualquier juez que lo solicite podrá tener el dispositivo en 24 horas, el mismo plazo que la compañía ha dado para resolver cualquier incidencia técnica.
La cifra de 3.000 dispositivos equivale al 10% del total de órdenes de alejamiento que se dictaron en 2008, conforme apuntó la ministra de Igualdad. Sin embargo, a juicio de las instituciones implicadas, esta cantidad “da respuesta a las situaciones de mayor riesgo”. No obstante, Aído señaló que se trata de una estimación “inicial” y que “se estudiará” con el tiempo si es necesario implantar más.
Para la ministra, la implantación de este sistema es “un paso más” en la lucha contra la violencia de género y una forma de decirle al agresor que “40 millones de ciudadanos le están observando”, así como de hacerle saber a la víctima que “no está sola” porque “es el conjunto de la sociedad quien vela por ella”.
En este sentido, Rubalcaba destacó que este sistema permitirá “proteger mejor” a la víctima, “disuadir” al agresor y “documentar” los quebrantamientos de las órdenes de alejamiento. Asimismo, incidió en la “excelente acogida” que han tenido las unidades de protección de víctimas de violencia de género entre las Fuerzas Policiales. “Tenemos voluntarios para estas unidades”, señaló.
Por su parte, Caamaño apuntó que los dispositivos de localización son además “un ejemplo práctico” de cómo ha cambiado en España la “justicia cautelar” que “hoy significa preocupación por la víctima”, en este caso, de violencia machista. Sobre este asunto añadió que “aquello que afecta a la dignidad de las personas no puede quedar jamás tras las puertas de una casa”.
Operativo 24 horas al día, todos los días del año
Estos dispositivos de detección de proximidad se impondrán por orden judicial en los procedimientos de violencia de género en los que se dicte una medida cautelar de alejamiento y concurra una situación de especial riesgo para la víctima. Una vez adoptada la decisión judicial, será comunicada a la empresa gestora y a las fuerzas policiales en un plazo de 24 horas para que puedan disponer de toda la información tanto de la víctima como del inculpado.
El sistema conecta al supuesto agresor y a la mujer con un centro de control único operativo 24 horas al día y todos los días del año, donde personal cualificado para ello atenderá las incidencias y trasladará toda la información relativa a las mismas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tanto si se trata de una incidencia técnica como si se da un caso de emergencia, conforme explicó el representante de Securitas Direct-Telefónica, Antonio Miguel Carrasco.
En el Centro de Control las alertas están clasificadas atendiendo a su gravedad. Además de recibir información a tiempo real sobre la ubicación geográfica de agresor y víctima, detecta y demarca las zonas de exclusión (aquellas a las que no puede acercarse el agresor por orden judicial) como las de inclusión (aquellas en las que se supone que debería estar en momentos determinados) para controlar el acceso el inculpado a las mismas.
Un brazalete acuático, con seis meses de batería
Tanto el inculpado como la víctima estarán equipados con un dispositivo. En el primer caso, se trata de un brazalete ajustable a la muñeca o el tobillo que funciona como transmisor de radiofrecuencia y que lleva aparejado un dispositivo de rastreo GPS. El transmisor envía señales al centro de control para verificar que el inculpado lleva consigo el localizador y es capaz de activar una alarma en el momento de coincidir a menos de 500 metros con el dispositivo de la víctima.
El brazalete, acuático, va equipado con un sistema de seguridad que activa una alarma si el inculpado intenta quitárselo o manipularlo. También avisa al Centro de Control si se separa del transmisor de radiofrecuencia o si a la batería del mismo, de unos 6 meses de duración, le quedan menos de diez días de autonomía.
Por su parte, el equipo de la víctima, parecido a un teléfono móvil, permite la comunicación de voz y datos con el Centro de Control, incluye un sistema de localización geográfica por GPS, un botón de pánico para activar en casos de emergencia y un dispositivo de radiofrecuencia que detecta la proximidad del agresor para advertir tanto la víctima como al centro si éste quebranta la medida de alejamiento.