El inminente desplome de un tramo de calle siembra el pánico en Bellavista
Vecinos, empresarios y usuarios de la calle Alcalde Enrique Jorge, situada en Bellavista, alertaron sobre el inminente desplome de una parte de la vía que sufrió una rotura parcial en el mes de enero de 2000, tras unas lluvias torrenciales.
Desde esa fecha, los afectados aseguran que viven en constante peligro ante el riesgo de desplome total, cuestión por la que el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ordenó acordonar parte de la vía e impedir el tránsito de vehículos semipesados y pesados por la zona afectada.
Por este motivo, la zona comercial e industrial localizada en los alrededores ha quedado “gravemente perjudicada” en sus tareas cotidianas de aprovisionamiento, pendiente de que el Ayuntamiento cumpla con la legalidad y restablezca la normalidad en la zona, señalan.
Los afectados no entienden cómo, después de más de ocho años, no se han corregido estos “importantes desperfectos”, a pesar de la casi veintena de escritos y denuncias presentados ante la Administración local, que declaró la zona como de “alto riesgo” en un informe municipal del 23 de noviembre de 2001.
La calle Alcalde Enrique Jorge inicialmente era de doble sentido, hasta su desplome parcial a la altura de la parcela 312 - entre la Ford y el almacén central de la familia Gordillo- el 12 de enero de 2000.
El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana emitió la Orden de Ejecución Municipal 3/2000, de 12 de enero de 2000 y de forma más explícita, en la Comisión Municipal de Gobierno de 17 de noviembre de 2000 exigió al propietario de la parcela afectada la realización de un muro de contención.
En este documento se exigió, “dado el mal estado del firme de los linderos de dicha parcela”, la realización, a costa del propietario, de un muro de contención de características específicas conforme a un proyecto redactado por un técnico municipal y a realizar en un plazo determinado, excedido hace años.
La situación descrita se agrava hasta el punto de que queda al descubierto la tubería de alcantarillado, que se ha fisurado por los sucesivos desplomes producidos con posterioridad, lo que constituye un peligro añadido que nuevamente precipita su deterioro e incrementa el peligro.
A pocos metros se encuentran los cimientos del Centro Comercial Nilo, como observó un técnico contratado por la parte afectada, que también podrían resultar dañados.