Mensajes en la autopista que nos recuerdan que estamos vivos
Desde diciembre de 2007, la curva de la TF-5 a la altura de la Cuesta de la Villa está adornada con mensajes breves que cada una o dos semanas van cambiando y cuyo objetivo es, simplemente, comunicar e invitar a unos segundos de reflexión. ACN Press se ha puesto en contacto con el autor de la misteriosa iniciativa, quien prefiere mantenerse en el anonimato.
El primer mensaje apareció en diciembre de 2007 por la propia necesidad de este personaje, quien ha estado siempre vinculado al ámbito de la creación. Le motivó, asimismo, su afán de comunicar y el intento de provocar una emoción buena en el corazón de otra persona.
Un día se paró a pensar en cómo funcionan las cosas en el mundo actual, donde todo se sucede con una enorme rapidez mediante mensajes muy directos. “Podría estar muy bien ir poniendo ahí una serie de pensamientos que podrán estar más cerca de unos que de otros, pero que puedan llegar a un grupo grande de personas”, pensó, y así decidió emprender este proyecto para que la gente se divierta o se pare a reflexionar sobre su vida “con un punto bueno”.
“No creo que se trate de un sitio donde haya que criticar a nadie, ni donde haya que lanzar una onda política ni donde hacer ninguna publicidad, sino conceptos muy limpios. Me gustaría que, al leer los mensajes, la gente se parase a pensar en lo estupendo que es ir sentado en ese coche y estar vivo”. Así comenzaron las primeras frases y, al ver la onda expansiva que la valla estaba generando, el autor empezó a “flipar” y a sentirse arropado en la idea por las personas más cercanas a él. “Poco a poco, la cosa fue aumentando hasta crearse la expectación que hay ahora mismo”, explica.
'Pantallazos'
Se trata de mensajes cortos que van a ser vistos desde el coche, que se puedan leer de forma rápida para que no den lugar a problemas ni supongan una distracción para el conductor, que provoquen un sentimiento en el lector o que, simplemente, despierten su curiosidad.
Las letras están fabricadas con acero y son de poner y quitar. Cada mes, quienes transitan con asiduidad por la TF-5 pueden leer entre tres y cuatro mensajes distintos, aunque el autor no se toma la frecuencia como algo riguroso. Ésta afirma que no ha tenido problemas con nadie por este asunto, ya que la dueña del terreno se mostró entusiasmada desde el principio con la idea de este personaje.
Mucha gente espera con curiosidad el siguiente mensaje de la ladera. 'Apuéstalo todo por ti', 'Qué maraviilla la primavera', 'El descanso del guerrero', 'H 13. Un poema para 2', 'A la miiierda con el tabaco' o '...Y si cambias tu vida ya?' son algunos de los mensajes que entre diciembre y abril han adornado la ladera. Algunos de estos mensajes hacen referencia a un determinado momento del calendario, como el Carnaval o la estación del año, aunque en otros casos hablan de personas o situaciones muy concretas y personales.
La maravilla de estar vivo
Entre las anécdotas más curiosas que recuerda, está la de unos niños que un día se acercaron y le dijeron que les mandaban sus padres a preguntarle si era él “el señor de los mensajes”. Querían agradecerle lo que escribe en la valla porque, al parecer, cada mañana, al ir a clase, no hablan de otra cosa desde esa curva hasta llegar al colegio. “Se me ponían los pelos de punta”, asegura al contarlo.
En otra ocasión, él se encontraba en una fiesta y, al acercarse a un grupo de gente que no conocía, les oyó hablando del tema. Él se integró en la conversación pero como un observador más, y escuchó a una chica de Icod de los Vinos y que trabaja en Santa Cruz decir que, cada día, le cambia su estado de ánimo después de pasar por el lugar donde están los mensajes. “Esto genera pensamientos y, a veces, da en el clavo, dependiendo de cómo es tu vida en ese momento”.
Otra historia es la de un señor que, desde que empezó a interesarse por los mensajes, ha modificado el camino que durante quince años realizó en coche para ir a su trabajo, con el objetivo de no perderse la próxima frase. “Este proyecto es también un estímulo a la buena onda, para sentirse bien, algo muy sencillo”.
Sí, para muchos, la lectura del mensaje de turno, la espera de la siguiente frase, el hecho de no comprender a veces qué querrá decir el autor, el sentirse identificado a menudo, el preguntarse por qué lo hace, quién es, qué edad tendrá y muchas cosas más es lo que envuelve esta historia de algo especial, de ese misterio que 'engancha' y que invita, durante unos instantes, a salir de la rutina. Ni él mismo sabe qué sustituirá a 'Reirze ez algo zuper zerio', frase, al menos hasta hoy, se exhibe en la ladera