Una noche tensa en la T4
Nervios y mucha tensión de muchos pasajeros fue lo que se vivió en la jornada del viernes en la T-4 como consecuencia de la baja médica de un tercio de los controladores aéreos, según Octavio Henriquez, pasajero que tenía previsto regresar el viernes a Gran Canaria con su familia y que fue testigo directo del caos que se generó con el cierre de dos de las cuatro pistas del aeropuerto por falta de personal.
Este pasajero afirma que “todas las pantallas de la terminal registraban retrasos”, y la angustia y la desesperación se adueñó de todos los que el viernes tenían un vuelo programado. “La T-4 estaba llena de gente”, añadió.
La situación era de tal magnitud que en las dos ventanillas de información de AENA “se aglutinaban hasta 400 personas” pidiendo explicaciones sobre el retraso de sus aviones sobre el horario previsto. Una situación que se complicó cuando sin previo aviso se cerró uno de estos puntos de información porque el personal se encontraba “agobiado” ante la avalancha de gente que exigía información, según cuenta este testigo.
De hecho, según afirma este isleño la policía antidisturbios hizo acto de presencia en la terminal para intentar controlar una situación que pudo haberse derbordado y que finalmente no pasó a mayores.
AENA sólo informó de retrasos de 46 minutos de media para las 695 operaciones realizadas hasta las ocho de la tarde, sobre las 1.044 que estaban programadas. La aerolínea con más problemas fue Iberia, que tuvo que cancelar 13 vuelos al sumarse a la falta de controladores la “huelga de celo” que atribuye a sus pilotos y que éstos niegan