La plaga del picudo rojo está controlada

La plaga de picudo rojo, un pequeño escarabajo que ha destruido miles de palmeras en el sureste del país y Canarias, está hoy por hoy “controlada” en las regiones afectadas, a pesar de que se han detectado recientemente árboles afectados en Mallorca y Alicante.

Así lo aseguró el subdirector general de Sanidad Vegetal en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Guillermo Artolachipi, quien informó de que la lucha contra este letal insecto ha supuesto desde 2002 a las administraciones públicas un gasto de unos 16 millones de euros, 10 millones este mismo año.

El Rhynchophorus ferrugineus es un escarabajo de color anaranjado rojizo, de ahí su nombre, originario del sudeste asiático y mide entre 19 y 42 milímetros de largo y de 8 a 16 milímetros de ancho, explicó el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales Miguel Ángel Alonso Zarazaga.

Suele tener manchas negras en el pronoto (puntas en forma de escudo en la parte trasera de la cabeza) y en las alas anteriores o élitros.

Las larvas de estos voraces insectos tienen aspecto de gusanos rechonchos y blancuzcos, sin patas, con la cabeza marrón y más dura, y durante esa fase y la de pupa (en la que forman un capullo endurecido con fibras), excavan galerías dentro del tronco de la palmera para alimentarse de sus tejidos.

Por esas galerías propagan infecciones fúngicas que aceleran la descomposición de la palmera deteriorándola gravemente antes de que se detecten los primeros síntomas visibles.

En España, el insecto apareció por primera vez en Almuñécar (Granada) en 1995 y, hasta el momento, ha atacado palmeras de Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, Canarias y Baleares.

Su propagación se achaca a la importación de palmeras de países como Egipto para la decoración de avenidas y jardines.

Según fuentes de las consejerías de Agricultura de las regiones afectadas, la plaga está “bajo control”, incluidos los focos aparecidos los pasados 21 de noviembre en Orihuela, y 6 de octubre, en Mallorca.

En la Comunidad Valenciana, la situación en el municipio alicantino de Orihuela está “hoy por hoy” controlada, así como la de otros focos “puntuales”, como el importante palmeral de Elche.

En Baleares, los dos ejemplares detectados el mes pasado en Mallorca se cortaron y quemaron, y desde entonces, no se han detectado más casos y “no hay peligro” de que la plaga se extienda.

En Murcia, la plaga, que irrumpió en la región el año pasado, también está siendo controlada y vigilada, informó el director de modernización de explotaciones y capacitación agraria de la Consejería de Agricultura murciana, Angel García Lidón.

Según datos de la Consejería de Agricultura de Andalucía facilitados, de las 495 palmeras arrancadas y trituradas en la región durante 2006, quedan todavía 400 pendientes de tratar, situadas la mayoría en la Costa del Sol.

En total, desde que se detectó la presencia del Picudo rojo en la región en 1995, se han arrancado más de 2.000 palmeras, y de ellas, el lugar más afectado es Almuñécar, con 791, seguida de Nerja, con 257, Salobreña, con 245, y Marbella, con 165.

En Canarias, donde el insecto se ha cebado sobre todo con los palmerales de Gran Canaria y Fuerteventura, se han hallado en los últimos meses muy pocos focos y muy aislados.

Este descenso del número de ejemplares dañados, según el portavoz del Ministerio de Agricultura, se debe en buena parte a la orden ministerial dictada en enero de este año, por la que se prohibió la entrada de palmeras en las Islas.

A su juicio, “de nada sirve” cerrar la entrada de palmeras en toda la Península -como vienen reclamando a la Administración Central las comunidades autónomas- si se introducen a través del comercio interno.

“La principal razón de que la plaga se haya extendido se debe a que en las directivas de la UE no aparece como cuarentena, a pesar de que España lleva años presionando para que exista una reglamentación europea al respecto”, añadió Artolachipi.

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