''Si los ricos se cierran, los movimientos sociales se radicalizarán''
Francisco Morote es profesor jubilado de Historia y uno de los miembros más activos de los movimientos sociales en Canarias. La semana pasada impartió en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria una charla titulada Los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la tasa Tobin. Los ocho Objetivos del Milenio fueron establecidos por la ONU a finales del año 2000 con la intención de reducir las desigualdades entre los países ricos y pobres. La tasa Tobin es una propuesta del estadounidense James Tobin, Nobel de Economía en 1981, que establece un impuesto a las transacciones financieras y que vuelve a estar de actualidad como consecuencia de la crisis económica.
En su historial como activista, Morote destaca dos hechos. El primero es haber logrado, como miembro de la Comisión Ciudadana por la Paz, el no de la provincia de Las Palmas en el referéndum de 1986 sobre la pertenencia en la OTAN. La segunda, como parte de Attac Canarias, es la propuesta para Nobel de la Paz de los millones de personas que en 2003 se manifestaron contra la invasión de Irak, candidatura que fue admitida por el jurado de este galardón.
Francisco Morote cita las fechas, como buen profesor de Historia, con día, mes y año. Por eso recuerda nítidamente aquel mes de septiembre de 2000 cuando la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración del Milenio que hoy reivindica como humanista.
En su momento se habló mucho de los Objetivos de Milenio, pero ahora pocos se acuerdan de ellos
La crisis a partir de 2007 y 2008 ha eclipsado una serie de temas que antes estaban en la agenda de todo el mundo. Apenas se habla de la crisis ecológica, tampoco de la pobreza y del hambre excepto cuando se declara una emergencia alimentaria en el Cuerno de África. Pero el problema de fondo y el compromiso de los 189 jefes de Estado y de Gobierno siguen ahí.
¿En qué medida se están cumpliendo los Objetivos?
El problema se ha agravado, hay 1.400 millones de personas en situación de pobreza extrema y la cifra de hambrientos está cercana a los 1000 millones. Por tanto, una de cada siete personas en el mundo está hambrienta. Anualmente mueren cerca de 30 millones de personas de hambre. Todo esto son datos la ONU. Tenemos que tratar de que el conjunto de la ciudadanía, que ahora se está movilizando por objetivos de libertad y de dignidad, asuma que no hay nada tan indigno como dejar morir de hambre.
Los Objetivos se firmaron a finales del 2000 en medio de un cierto optimismo. Luego el escenario global cambió tras el 11-S y las guerras de Afganistán e Irak, y finalmente la crisis. ¿Todo eso afectó al cumplimiento del acuerdo?
El golpe más duro a la consecución de los Objetivos se lo ha dado la crisis. Los países ricos se comprometieron a aportar recursos financieros, se puede cifrar en 300.000 millones de dólares anuales el aporte para que en 2015 se hubieran conseguido los Objetivos. Puede parecer una cantidad fabulosa, pero si pensamos en los billones que han gastado los Estados para rescatar a las entidades financieras, nos damos cuenta de que aquella cifra es casi ridícula. Y en todos estos años los países desarrollados han sido incapaces de poner en práctica una medida indispensable, destinar el 0,7% de su producto interior bruto como ayuda al desarrollo. Solo se ha reunido una tercera parte de lo necesario.
Usted relaciona la llamada tasa Tobin con los Objetivos del Milenio
Cuando el fundador de Attac, Ignacio Ramonet, escribió en 1997 el editorial de Le Monde Diplomatique Desarmar a los mercados, planteaba la tasa no solo como un medio para frenar los movimientos especulativos de capital, sino como una manera de recaudar fondos para acabar con la pobreza extrema.
Pues ahora la Unión Europea planea instaurarla
Hasta muy recientemente el rechazo era total. Ahora de repente resulta que la tasa, que era inviable, en la UE la señora Merkel y el señor Sarkozy [presidentes de Alemania y Francia] dicen que es indispensable. Incluso parece que Europa quiere llevar esta propuesta a la reunión del G-20 en Cannes. Si el impuesto tuviera un carácter mundial con un tipo del 0,1%, como plantea Attac, se recaudarían anualmente 700.000 millones de euros.
En Attac estarán encantados con Merkel y Sarkozy...
Sí, pero hay que aclarar que cuando Attac plantea este impuesto, piensa en sacar de la pobreza extrema y del hambre a esa parte de la humanidad.
Y ahora se recupera para financiar a los propios países ricos
Claro. Ahora la UE recoge esta idea porque no se puede exprimir más a la población y para no tocar excesivamente los modelos tributarios. Con toda esa filosofía neoliberal, en Europa los ricos han pagado cada vez proporcionalmente menos
Algunos ya han dicho que quieren pagar más impuestos
Es lamentable que hayan sido algunos multimillonarios lúcidos los que plantean que ellos deben pagar más. Warren Buffet, el tercer hombre más rico del mundo, le ha dicho en EEUU a Obama que los ricos deben pagar más impuestos. En Europa 16 millonarios franceses lo han hecho. En España ninguno.
¿Por qué? Es España también hay ricos
Deben de ser menos lúcidos, menos inteligentes que los millonarios americanos y franceses. Ellos saben por su propia historia, como los privilegiados franceses del Antiguo Régimen, que si no se hace a tiempo una reforma y se deja que las cosas lleguen demasiado lejos, donde no hay reforma hay revolución.
¿Habrá revolución?
Los ricos de este mundo tienen todavía la oportunidad de aceptar una justicia global que redistribuya la riqueza, sin que lo fundamental de su situación se vea perjudicado gravemente. Pero si se cierran en banda, seguramente los movimientos sociales cada vez se irán radicalizando más, y llegará un momento que será muy difícil que se conformen con una situación que les empobrece permanentemente.
¿Cuánto tiempo lleva dentro de los movimientos sociales?
En Attac desde el año 2000, y en Pobreza Cero desde poco después. Milité en el Partido Comunista y en Izquierda Unida hasta los años 80. Luego me desvinculé de los partidos para unirme a los movimientos sociales. Mi primera experiencia importante fue del 82 al 86 en la Comisión Ciudadana por la Paz, cuyo objetivo era conseguir que en Canarias el voto acerca de la permanencia o salida de la OTAN fuera a favor de la salida. Pusimos nuestro grano de arena y lo conseguimos el 12 de marzo de 1986 [a nivel nacional ganó la opción de permanecer en ella].
Para personas como usted, que de repente surja un movimiento como el 15-M tiene que haber sido...
Muy gratificante.
¿Casi increíble?
Hubo un momento en que nos ilusionamos mucho. Fue con aquella manifestación del 15 de febrero de 2003 que también tuvo un carácter mundial, y que estaba destinada a frenar la invasión y la guerra de Irak. Millones de personas salieron a la calle pidiéndole al presidente Bush y a Estados Unidos que no lanzasen un ataque sobre Irak. Aquello fue una gran movilización mundial, sin duda. Aquí [en Canarias] salieron miles de personas, desbordó todas nuestras expectativas.
Pero aquello fue un hecho concreto, ahora parece que se va más a cuestiones de fondo
Sabemos que está vinculado a las consecuencias de la crisis, pero ya era hora. El sistema ha fomentado el individualismo más feroz, que cada palo aguante su vela, la competitividad... No existe la sociedad, solo existen los individuos, que decía la señora Thatcher.
Uno de los eslóganes más repetidos del 15-M es 'los políticos no nos representan'. ¿Se quiere cambiar el modelo o no?
Cuando se pide 'democracia real ya', no implica cuestionar la democracia representativa y los partidos políticos. Pero sí cuestionar el déficit democrático. Se aboga por la iniciativa legislativa popular, el referéndum, para que las grandes decisiones se adopten contando con la voluntad popular.
¿Como la reciente reforma constitucional?
Durante décadas era poco menos que imposible cualquier reforma de la Constitución. Y de la noche a la mañana, Zapatero y Rajoy se ponen de acuerdo y se aprueba una reforma constitucional de enorme calado, porque es meter la filosofía neoliberal en ella. Y no se consulta al país.
¿Hacia dónde se dirigen las protestas?
Nosotros seguimos defendiendo que los movimientos sociales pueden cambiar la formar de hacer política. En Europa un ministro de finanzas alemán dice que hay que replantearse lo de salvar a los bancos con dinero público, porque le ha llegado el clamor popular que dice: “Esto es intolerable, salgamos a la calle y digamos que ya basta”. Este movimiento ciudadano, que ya es internacional, va a seguir presionando a los partidos políticos y a los gobiernos a adoptar sus reivindicaciones.