Sonido 'celestial' contra rock and roll
La decisión del párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en la capital gomera, de que las campanadas suenen cada hora, ha provocado que un vecino de la parroquia, para protestar contra este reloj sonoro, haga sonar música rock a elevado volumen durante los fines de semana. Cura y vecinos se han obcecado en sus respectivas posturas, por lo que ahora serán los tribunales los que tengan que dar una solución al conflicto.
La disputa comenzó hace unos cuatro meses cuando el cura determinó que las campanas tocasen cada hora desde las 8.00 de la mañana hasta las 22.00 horas, un hecho que, según aseguró uno de los vecinos afectados, que prefiere guardar el anonimato, no se producía desde hacía muchos años.
Comenta el vecino que, ante las molestias ocasionadas por las campanadas, sobre todo en horas de descanso, decidió, en un acto de protesta y tras varias denuncias, contraatacar con más ruido y poner música rock, que suena los fines de semana y festivos a la misma hora que comienzan las campanas.
El ciudadano molesto por la decisión del cura ha desplegado además en la fachada de su edificio, situado a escasos 20 metros de la iglesia, una gran pancarta que reza Campanas para joder al prójimo, abusadores.
Disparidad de opiniones
Ante estos hechos, la opinión de los vecinos y comerciantes de la zona está dividida entre los que aseguran que les molesta más el repicar de las campanas que la música -pues las primeras tañen a todas las horas mientras que las melodías sólo se oyen a veces- y los que dicen que les molestan ambas cosas por igual.
También hay ciudadanos que se muestran indignados y recuerdan que las campanadas han sonado toda la vida y que sólo dejaron de tocar algunos años a causa de una avería en el sistema.
Hace unos 40 años existía en la torre de la Iglesia un reloj que daba las señales horarias todos los días, pero cuando el edificio fue declarado monumento nacional, torre y reloj fueron retirados y las campanadas horarias dejaron de tocar, hasta que hace unos meses volvieron a sonar en un reloj inexistente, afirma el afectado, quien asegura que ha hablado con el párroco, pero éste “no quiere escuchar”. También, se ha reunido con el alcalde, quien, según afirmó, “se ha lavado las manos”.
Como último recurso, este vecino de San Sebastián de La Gomera ha recogido las firmas de más de cien vecinos afectados, y ha puesto una denuncia en los juzgados.
Otra de las vecinas afectadas por el toque de las campanas, Rosi Castilla, apunta que lo único que están reclamando es que “aunque sólo sea los fines de semana y los días festivos, las campanas sólo toquen para los actos religiosos -misas, entierros,...”, o si no, que al menos comiencen a sonar a una hora más prudente. Después de una semana de trabajo, “los fines de semana es cuando único podemos descansar, levantarte un poco más tarde o dormir la siesta”, explica Rosi, quien insiste en que el descanso resulta imposible, máxime cuando el cabezal de mi cama está a apenas 20 metros de la Iglesia.
Pero el párroco -que esta semana se encuentra de retiro espiritual- deja claro que las campanas de la Iglesia continuarán sonando, mientras el vecino insiste en que no va a cejar en el empeño, por lo que continuará poniendo la música hasta que no se reduzca el horario de las campanadas.
El conflicto se politiza
El grupo socialista en el Ayuntamiento de San Sebastián de La Gomera se ha pronunciado sobre el asunto y ha exigido al alcalde, Manuel Herrera, de Coalición Canaria (CC), que medie en el conflicto.
Los socialistas recuerdan que la legislación obliga a la autoridad municipal a hacer cumplir las ordenanzas sobre ruidos y vibraciones, y aseguran que los vecinos y empresarios afectados no pueden soportar por más tiempo las molestias.
Sin embargo, el alcalde recuerda que el Ayuntamiento no dispone de ordenanzas sobre ruidos, critica que los socialistas no las hayan establecido durante los 16 años que estuvieron en el poder. En este sentido, Herrera tacha la postura del portavoz socialista -Ángel Luis Castilla- de “marrullera, oportunista, torticera y mediática”.
Manuel Herrera, quien ha anunciado una futura ordenanza municipal sobre ruidos, aclara que la disputa entre el párroco y estos vecinos es “un caso puntual, una cuestión personal” que ya está en la vía judicial. Se trata de un conflicto, expone el alcalde, en el que cada una de las partes reclaman sus derechos fundamentales, una cuestión cuya tutela en ningún caso depende del Ayuntamiento, sino de la autoridad judicial.
Así pues, ante una situación de este tipo, el Ayuntamiento, como administración pública, lo único que puede hacer es actuar conforme a la legalidad vigente, es decir, regirse por la Ley de Espectáculos.
Además, el alcalde de la capital gomera subraya que se están llevando a cabo todas las actuaciones administrativas requeridas por el juez. El pasado lunes día 5, el Ayuntamiento remitió al Juzgado una medición sobre el volumen de decibelios que se registra en la zona cuando suena la música. Herrera destaca que también se elaborará un informe sobre el sonido de las campanadas si así lo determina el juez.
“Estamos en coordinación con el Juzgado y con otras administraciones como la Delegación insular de la Administración del Estado, así como con la Policía Local y la Guardia Civil”, que trabajan de forma conjunta en levantar actas para informar a la autoridad competente sobre la situación, señala el alcalde.
Manuel Herrera recuerda que cuando comenzó este enfrentamiento “vecinal”, mantuvo una reunión para intentar un acercamiento entre las partes. Una mediación que no sirvió de nada porque, según explica el alcalde, párroco y vecino están obcecados en sus repectivas posturas sin posibilidad de un acuerdo negociado.
Mientras tanto la guerra continúa y los ciudadanos de San Sebastián de La Gomera que viven en las inmediaciones de la Iglesia de Nuestra Señora de La Asunción siguen despertándose los fines de semana y fiestas de guardar a ritmo de campanas y rock and roll.