El viento tumbó el JK5022

Muchas son las dudas que aún quedan por despejar en torno al siniestro del avión Spanair JK5022, en el que murieron 154 personas el pasado agosto en el aeropuerto de Barajas (Madrid). Según el informe preliminar de la comisión de investigación adelantado por la Sexta, a la concatenación de errores técnicos se sumó un posible error del piloto, que no habría detectado que la aeronave se encontraba en modo vuelo cuando aún estaba en pista, lo que impidió la activación de determinadas alertas. Entre ellas, el chivato sobre el funcionamiento de los slats y los flaps, básicos para el despegue.

Unas circunstancias a las que hay que sumar los cambios de las condiciones meteorológicas ya que el comandante de uno de los vuelos que se disponía a aterrizar en el momento del accidente señala que se registraron importantes cambios de dirección y velocidad del aire. Según declaró ante la Guardia Civil el comandante de un vuelo procedente de Ecuador, la Torre de Control les dio un viento de dirección sur (220º) y una velocidad de 10 nudos. Unos datos que cambiaron sustancialmente cuando la aeronave tomó tierra, ya que los instrumentos marcaban viento de dirección este (50º) y una velocidad de cinco nudos.

Modelo polémico

Una comprobación recomendada por el fabricante podía haber evitado el accidente ya que un fallo similar se produjo en el accidente de otro MD-82 en Detroit en 1987.

Indemnizaciones

El bufete de EEUU Podhurst Orseck, que demandará a través del español Fernando Scornink Gerstein a las empresas que fabricaron el avión siniestrado, prevé indemniza­cio­­nes de 1,7 millones de dólares para las dos familias de víctimas que defenderá.

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