El soterramiento de la Avenida Marítima costará 300 millones de euros
El candidato a la presidencia del Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria por Nueva Canarias, Román Rodríguez, ha presentado hoy el proyecto de la formación nacionalista para soterrar el tramo de Avenida Marítima, en Las Palmas de Gran Canaria, que va desde Lady Harimaguada a la plaza Belén María y que costará 300 millones de euros. Seis kilómetros del frente marítimo quedarán bajo tierra, junto al futuro tren de Gran Canaria, y que, en palabras de Rodríguez “permitirá recuperar para el uso ciudadano un espacio de 250.000 metros cuadrados”.
Por su parte, Pedro Quevedo, candidato de la formación a la Alcaldía de la capital grancanaria, ha precisado que será necesaria la colaboración del Ayuntamiento y el Cabildo para sacar adelante el proyecto, que los nacionalistas consideran fundamental para acabar con los problemas de tráfico pesado que genera el Puerto de La Luz, el desahogo del nudo de Julio Luengo y el estrechamiento del istmo de La Isleta.
La obra costará unos “300 millones de euros”, según Rodríguez, para un plazo de ejecución de “entre seis y ocho años”. El plan irá, además, de la mano del proyecto del tren, también soterrado desde el Sur hasta el parque Santa Catalina.
El líder de NC ha indicado que la financiación correría a cargo del Plan de Carreteras. Es más, concretó que ya está incluido, al igual que el proyecto de la avenida de Anaga, en Tenerife. En este punto, Rodríguez insistió que “queremos lo mismo aquí que allí”. “Que quede claro, Nueva Canarias está a favor del proyecto de la avenida de Anaga, pero queremos lo mismo para Las Palmas de Gran Canaria”, ha dicho y ha reclamado que la gestión de estos convenios en el futuro corran a cargo de los cabildos, “porque nos quitan lo nuestro”.
Es más, el candidato de NC atribuye a Paulino Rivero y Coalición Canaria las diferencias de inversiones y planes entre Tenerife y Gran Canaria, y culpa al actual presidente del Gobierno regional, “el insularista, el que nos divide”, de “mantener un discurso distinto en cada isla”.