Cómoda, tranquila y olvidable
- Título: Tomb raider (2017)
- Dirección: Roar Uthaug
- Guión: Alistair Siddons, Geneva Robertson-Dworet (basado en el personaje creado por Toby Gard)
- Reparto: Alicia Vikander, Dominic West, Walton Goggins, Daniel Wu, Kristi Scott Thomas
Reinicio de la adaptación de la franquicia de videojuegos homónima, Tomb raider es un blockbuster más. No en el sentido de pertenecer a ese grupo de grandes estrenos. No lo es. Más bien podemos etiquetarla así como parte de esas mediocres cintas para consumo doméstico, entre amigos y sin prestar mucha atención. Es el mejor contexto en el que podemos echar mano de ella.
La película del noruego Roar Uthaug respeta en cierto margen la historia del videojuego y su espíritu aventurero. Por ello, los seguidores deberían sentirse cómodos visualizándola. No apuesta por extremos derroches pero sí que queda a la altura de sus expectativas. Un taquillazo clásico de aquellos a los que estábamos acostumbrados a ver anunciados en la televisión.
No obstante, sí que se pueden observar desacuerdos y nuevas lecturas al universo conocido. Siempre con ánimo de enganchar al consumidor medio en una red de arrastre que con filmes como este, por mucho que quieran, no conseguirán nunca que funcione, que guste o enganche. Si acaso, los responsables se saben vendedores de humo si pretenden que todo valga con personajes que son referentes para muchos.
En ese rol referencial, Alicia Vikander está correcta y se adapta sin duda a la piel del personaje aguerrido y temerario que significa Croft, pese a que el resto de elementos sean absolutamente predecibles y cuadriculados.
Lo cierto es que al margen del morbo, del deseo por criticar o alabar a ese humano que se pueda poner en la piel de un icono de la cultura juvenil de los últimos veinte años, lo cual es el principal objetivo del largometraje -vender una nueva Lara Croft: Vikander-, no es esperable para nada que vayamos a presenciar otras intenciones o aspectos más elaborados en la película.
Con el desarrollo de Tomb raider, su visionado va perdiendo la falta de respeto -que no significa que gane aprecio, ojo-, ya que se trata de una tontería adolescente y completamente ingenua que va convirtiéndose, al menos, en algo curioso. La más que masticada evolución de la estructura del cuento antiguo, de sus protagonistas y resto de elementos.
No sería responsable recomendarles la dedicación de un gran esfuerzo a la hora de ver Tomb raider sino todo lo contrario. Cuanto más cómoda resulte, más tranquila se haga y más olvidable sea, mejor le irá a la película. Y a nosotros, claro.