La Reserva de la Biosfera del Macizo de Anaga, en los límites que corresponden al municipio de Tegueste, desarrolla un modelo pionero en la zona (aunque lleva varios años instaurado en Gran Canaria) de gestión del paisaje que aúna tradición ganadera, prevención de incendios y conservación ecológica con un total de 400 ovejas, conocidas popularmente como ovejas bombero, que se encargan de limpiar barrancos, caminos y parcelas, actuando como un eficaz cortafuegos natural mientras se alimentan.
El proyecto está liderado por los ganaderos José Manuel Trujillo Hernández y Francisco Javier Rodríguez García, integrantes de la Asociación de Guayeros de la Villa de Tegueste (AGUAVITE), y cuenta con el respaldo institucional del Ayuntamiento de Tegueste.
El alcalde, Norberto Padilla, ha subrayado la importancia estratégica de esta iniciativa donde el municipio es pionero en la isla de Tenerife.
Estamos apostando por soluciones reales, económicas y respetuosas con el medio ambiente. Este modelo de pastoreo dirigido no solo previene incendios, sino que también impulsa nuestro sector ganadero, favorece el mantenimiento de los ecosistemas y contribuye a un municipio más limpio y sostenible. Es un proyecto que queremos consolidar como ejemplo para toda la isla“, ha apuntado.
El concejal de Medio Ambiente, Julián Rodríguez, ha subrayado la importancia de “buscar soluciones eficaces, sostenibles y comprometidas con nuestro entorno”, en el marco de una medida que se implementa en plena Reserva de la Biosfera del Macizo de Anaga, declarada por la Unesco el 9 de junio de 2015, un enclave de altísimo valor natural.
“Si esta zona ardiera, perderíamos uno de los tesoros medioambientales más importantes de Canarias. No podemos permitirlo”, ha declarado.
Las ovejas bombero no son un símbolo, sino una herramienta funcional y eficiente, resaltan desde el Ayuntamiento, ya que cada animal consume entre 4 y 5 kilos diarios de materia vegetal seca, que de otra forma actuaría como combustible en los meses más cálidos. “Lo que para muchos es maleza, para estos animales es alimento”, destacan.
El presidente de AGUAVITE, José Luis García Ángel, ha recalcado que este trabajo es “una labor con impacto ambiental positivo directo”, destacando que “estas ovejas trabajan, se comen el problema”.
En ese sentido ha comentado que se necesita que las instituciones se “impliquen aún más” y ayuden a contratar a una persona que pueda acompañar al ganado y encargarse del desbroce manual de los matorrales altos, que las ovejas no pueden alcanzar.
“Así, evitamos que esa vegetación se convierta en un foco de incendio”, ha destacado.
Un proyecto nacido tras el incendio de 2023
Este proyecto, impulsado por el Ayuntamiento de Tegueste, a través de las áreas de Medioambiente y Sector Primario, junto a la Asociación AGUAVITE de Tegueste, nació como respuesta a la emergencia vivida en el verano de 2023, cuando un gran incendio afectó a la isla de Tenerife en un contexto de extrema sequía y altas temperaturas.
Ante la falta de pasto en los corrales, los ganaderos Trujillo y Rodríguez decidieron soltar sus ovejas para buscar alimento, tal y como ya se estaba haciendo en la isla de Gran Canaria. Desde entonces, no han parado de recorrer caminos y barrancos en zonas como El Socorro, Pedro Álvarez, Portezuelo o Molina.
“En cada parcela que limpiamos, dejamos una zona más segura y protegida frente al fuego. Hemos aprendido de nuestros compañeros de Gran Canaria, donde este modelo ya está consolidado. Allí los rebaños llevan GPS, y los pastores reciben una compensación por hectárea pastoreada. El seguimiento técnico permite medir resultados reales, y los costes son menores que los de una cuadrilla de limpieza. Queremos llegar a ese nivel aquí también”, ha comentado Francisco Rodríguez.
El objetivo es lograr una integración total del pastoreo dirigido dentro de las políticas públicas de protección del entorno rural y forestal, garantizando así la continuidad de un modelo de ganadería activa y funcional.
Por ello, a nivel europeo se ha lanzado la campaña Más pastoreo, menos postureo. Asimismo, la respuesta de los vecinos y vecinas del municipio ha sido muy positiva. Muchos residentes han expresado su satisfacción con la presencia del ganado en zonas de riesgo, valorando tanto el impacto ambiental como la recuperación de una práctica tradicional que vuelve a tener un papel clave en la protección del paisaje rural y forestal.